Javier López Martín:«El barco que trajo a Carlos I a España se quemó, se hundió y se olvidó su historia»

El investigador español explicó en qué punto está su investigación sobre el extraño final de este emblemático barco, en la inauguración de las jornadas «El auge naval y el desarrollo de las naciones» patrocinadas por ABC

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Como las grandes historias de galeones todo empezó con un cañón. Un cañón huérfano. En 2006, Javier López Martín se encontró con una lombarda de bronce depositada en el Museo de San Telmo de San Sebastián mientras realizaba su tesis doctoral. Experto en esta materia, el historiador interrogó a la fría y silenciosa pieza de metal: «Me llamo Rosita, traigo muerte y parálisis, en el año 1509 me ha fundido Hans Vastenone», respondió a través de una inscripción.

Aquella respuesta tétrica sumió a Javier López en una investigación que ya dura diez años y de la que solo le resta un último empujón económico. El autor del trabajo reveló la pasada semana los detalles de su trabajo en la Casa del Lector, en la inauguración de las jornadas « El auge naval y el desarrollo de las naciones

» patrocinadas por ABC.

Descubrió que el cañón perteneció al Engelen, un barco prestado por el Rey de Dinamarca para traer a España a Carlos I durante su primer viaje. Tras depositar al nuevo Rey de España en Tazones (Asturias), el barco de 35 metros de eslora se fue a invernar a Pasajes a la espera de nuevas órdenes. Es entonces cuando el futuro Emperador del Sacro Imperio Germánico decidió que su hermano pequeño, el Infante Fernando, fuera trasladado a Flandes precisamente en el Engelen. Temía que la camarilla de nobles que rodeaban a su hermano, criado en Castilla, le prefiriera a él como monarca. No obstante, un accidente con la brea empleada para unir las juntas de la embarcación prendió fuego a las llamas y hundió el barco en la ría de Pasajes. ¿Casualidad? ¿Sabotaje?

–¿En qué fase está el proyecto y qué necesitas para terminarlo?

–Lo inicie a partir de mi tesis doctoral hace diez años. Empecé a tirar del hilo que me ofreció un cañón en San Sebastián, lo que me llevó al barco; y el barco de nuevo me llevó al cañón. Tengo el 60% del proyecto y me falta un 40% a la espera de financiación para volver a Dinamarca, Bélgica y Holanda a consultar archivos.

–¿Qué preguntas te faltan por responder?

–Una muy importante sería saber dónde se halló exactamente el cañón en la ría de Pasajes. Una fuente lo sitúa tras reflotar un barco de la República y otra la emplaza en tierra en Pasajes de San Juan, una de las orillas de la ría. Cuando se determine dónde y cuándo apareció el cañón se sabrá dónde naufragó el barco.

–No hay rastro del pecio, ¿estás cerca de dar con él?

–Nunca se ha intentado excavar, únicamente se han realizado prospecciones en la ría. No obstante, esta es la primera vez que se sabe exactamente lo que se busca.

–¿Por qué cayó en el olvido la historia del barco naufragado?

–En su momento se concluyó que el coste de sacarlo a flote era muy alto. Se quemó, se hundió y se olvidó su historia. Al ser un barco prestado que debía regresar a los Países Bajos confluyeron muchas cuestiones de política internacional para entender su olvido. Ahora han pasado 500 años.

–¿Dinamarca ha mostrado interés alguna vez por el barco?

–Tienen interés por su barco, porque es uno de los más grandes del periodo. Sin embargo, a nivel historiográfico se quedan en el dato de que se perdió en España, sin entrar en más detalle. Realmente ellos nunca supieron qué le pasó. Saben que se quemó pero no dónde ni en qué circunstancias. Ahora que estoy contactando con investigadores e instituciones danesas están muy entusiasmados por saber qué es lo que le ocurrió. Esperan resultados.

–El futuro Carlos V se embarcó en un galeón danés de un lujo y tamaño grandioso pero luego tuvo una llegada a España un tanto triste.

–La llegada de Carlos a España fue bastante fría. Le trajeron unos pilotos flamencos que se desviaron de su rumbo a causa de una tormenta en el golfo de Vizcaya. Como no tenían instrumentos de navegación modernos cambiaron su rumbo y desembarcaron en un lugar donde nadie les esperaba. En Tazones nadie sabe quién es el joven, siendo el recibimiento algo frío.

–Tras su mal desembarco el siguiente choque fue descubrir que su hermano Fernando, criado en Castilla por los Reyes Católicos, era una amenaza.

–Una vez en tierra fue a jurar ante las Cortes en Valladolid y allí se dio cuenta de que había una liga política organizada en torno a su hermano, el Infante Fernando. Es por ello que planeó la forma de que abandonase el país cuanto antes. El Engelen es el barco elegido para esta tarea, si bien lo sorprendente es que se quemó en Pasajes, el puerto donde se le había ordenado invernar. Por supuesto, mis sospechas son que los nobles españoles contrarios a que Fernando abandonara el país estuvieron detrás del incendio.

–¿Has podido confirmar estas sospechas durante tu investigación?

–El historiador Manuel Fernández Álvarez ya lo apuntó al señalar lo sospechoso de que se quemara y se hundiese de forma súbita. La cosa es que un plan de estas características nunca se pondría por escrito, por lo que es muy difícil demostrar que el incendio fue provocado. Desde luego había un partido de nobles interesados en que se entorpeciera la salida de Fernando.

–¿En qué circunstancias se quemó el barco?

–Estaban calafateando el barco, es decir, recomponiéndolo tras el viaje. Mientras calentaban la brea para unir las juntas del barco se cayó el caldero y se incendió el barco como un polvorín. ¿Esto es compatible con la teoría de que el incendio fue provocado? Sí, por supuesto. Tan fácil como que alguien le diera una patada al caldero con la brea.

–Los cañones son el hilo conductor de tu investigación, ¿por qué?

–Los cañones y las monedas son una fuente muy buena para datar un pecio. Te da una fecha concreta de cuándo fue fundido, e incluso a veces incluye un escudo con información. Haciendo la tesis doctoral me encontré este cañón danés de 1509 en un lugar insospechable. ¿Qué hacía en este museo una pieza así? El inventario de la recuperación de este galeón me llevó al barco, y el barco me devolvió al cañón.

–España y Dinamarca son dos países con escasa vinculación histórica, pero a principios del siglo XVI no fue así.

–Empiezan fuertes estas relaciones al principio del reinado de Carlos, porque las tensiones comerciales de la zona de los Países Bajos dejaban a Dinamarca en medio, jugando la baza de árbitro y cerrajero entre los países nórdicos. Cristian II se casó con la hermana de Carlos I, pero pronto se echó una amante, lo que enfureció a los Habsburgo. En cualquier caso, Cristian II sería expulsado del país más adelante y se vio exiliado en los Países Bajos. Carlos I nunca le apoyó en sus intentos de recuperar la Corona de su país.

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