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Los diputados electos de la CUP Gabriel (izq.), Busqueta, Baños y Reguant - efe

Las exigencias imposibles de la CUP acorralan a Artur Mas

Quieren imponer la renuncia a negociar con el Estado, la insumisión al Tribunal Constitucional y la salida de la UE

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El tiempo dirá si la Candidatura de Unidad Popular (CUP) es capaz de mantener su órdago. Pero lo cierto es que las condiciones impuestas anoche para apoyar la investidura de Artur Mas como presidente del Gobierno catalán son inasumibles, incluso para alguien que apoya la independencia de Cataluña. La renuncia a una negociación con el Estado, uno de los requisitos exigidos por la formación antisistema, supondría para Convergència y ERC incumplir su propia hoja de ruta, es decir, traicionar su propio programa electoral, así como descartar definitivamente una vía de solución dialogada, tal como reclama la mayoría de la sociedad catalana y el sector empresarial. Este portazo a las instituciones del Estado restaría legitimidad a la labor de pedagogía internacional que pretende Mas

, ya de por sí mermada por los resultados de las pasadas elecciones del 27 de septiembre, pues las fuerzas independentistas -así lo reconoce la propia CUP- no lograron una mayoría en votos, lo que visualiza la fractura social que ha provocado el debate separatista.

La CUP reclama también una declaración de insumisión al Tribunal Constitucional, lo que equivale a un compromiso de desobediencia a la ley. Y aunque el Gobierno catalán ha incumplido varias sentencias judiciales -la consulta del 9-N le ha valido una querella-, otra cosa es situarse oficialmente fuera de la ley, lo que tendría consecuencias imprevisibles en la ciudadanía.

La formación que ahora lidera Antonio Baños también quiere una "república catalana" fuera de la Unión Europea, que indentifican con la "troika", el capital y los circuitos financieros. Una postura contraria a los empeños de Mas y Oriol Junqueras por reivindicar el carácter europeísta de Cataluña y asegurar que la secesión no implica la salida de la UE ni un riesgo para la economía catalana. Respecto a las 39 medidas de carácter social que la CUP considera "innegociables", suponen dar marcha atrás en los recortes, las privatizaciones y los conciertos educativos y sanitarios que Junts pel Sí, no se plantean, entre otras cosas por las diferencias ideológicas que ya existen en el seno de la coalición. Unirse a los postulados de la CUP hace prácticamente imposible la aprobación de unos presupuestos de la Generalitat realistas.

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