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La Reina Doña Letizia, siete estilismos para conquistar París

Ha convencido en la capital mundial de la moda con unos conjuntos muy cuidados y con gran carga simbólica: en todos ellos han primado las firmas españolas

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El pasado martes 2 de junio, el presidente de la República francesa, François Hollande, y su ex pareja y ministra de Ecología, Ségolène Royale, recibían a los pies del Arco del Triunfo a los Reyes de España en su tercera -y más completa- visita oficial a Francia. La coincidencia quiso que Hollande recurriera a la compañía de Ségolène, ya que protocolariamente se trata de la ministra de más alto rango del Gobierno galo, algo que la convierte en una «primera dama» en funciones. Ninguna de las tres mujeres de Hollande -Ségolène, Valérie Trierweiller o Julie Gayet- destacan por tener un estilo particular a la hora de vestir. La esposa del primer ministro Manuel Valls, Anne Gravoin, tampoco. Y Anne Hidalgo, la alcaldesa gaditana de París, presta poca atención a las tendencias.

Así que, Doña Letizia ha campado por la moda francesa a sus anchas.

Sabiendo que París «bien vale una misa», Doña Letizia ha elegido sus atuendos con esmero, privilegiando especialmente las marcas españolas. Para escuchar el himno de España junto al Arco del Triunfo, Doña Letizia eligió un traje-sastre de falda marfil de su modisto favorito, Felipe Varela, rematado del hombro a la muñeca con una cinta de pasamanería rústica. Completaban su atuendo unos zapatos de salón de Carolina Herrera en animal print que ha usado en múltiples ocasiones, la pochette en tonos crudos que llevó a la proclamación de Don Felipe -obra de la gaditana Carla Sade- y los pendientes de Monica Vinader.

Esa misma tarde, en la exposición sobre Velázquez en el Grand Palais, Doña Letizia escogió un conjunto de falda y blusa de Carolina Herrera, otra empresa española, resultado de la conjunción de Textil Lonia y el grupo Puig. Se trataba de una falda de corte años 50 en blanco con flores bordadas y una camisa azul ultramar de corte masculino, acompañados por unos pendientes azules de Tous.

Por la noche, Hollande recibió a los Reyes con una cena de Estado en el palacio del Elíseo, residencia del presidente de la República francesa. Contrariamente a lo que se ha dicho, la Reina no se saltó ningún protocolo, ya que no se trataba de una «cena de gala». Su vestido corto de escote ilusión en tono borgoña, acompañaba perfectamente a los trajes oscuros de Don Felipe y François Hollande. Lució bolso a juego de Varela y zapatos tipo salón en charol de Lodi.

Uno de sus mejores atuendos durante este viaje ha sido el dos piezas de corte safari en blanco de Felipe Varela con el que acudió al descubrimiento de la placa que conmemoraba a la «NUEVE», nombre con el que se conoce a la compañía militar de españoles que entró en París antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Doña Letizia acompañó el conjunto con unos zapatos de salón beige de Magrit, cartera animal print de Adolfo Dominguez y pendientes de aros dorados.

Más tarde, en su visita al primer ministro Valls en el Palacio de Matignon, y durante el discurso de Don Felipe en la Asamblea Nacional, Doña Letizia escogió un dos piezas con abrigo, una combinación curiosa. Obra de Nina Ricci, otra marca en manos del grupo español Puig, era de un corte impecable, si bien la chaqueta/chalequillo sin mangas no era la prenda más adecuada para la solemnidad de un discurso oficial. Combinó el rojo fuerte con un abrigo de tweed negro y blanco, que chocaba drásticamente. Los impecables zapatos de charol negro eran de Prada.

En su segunda noche, doña Letizia escogió un vestido negro de escote asimétrico que ya ha utilizado en varias ocasiones. Era un modelo de Hugo Boss, marca alemana que la reina utiliza con frecuencia. Las sandalias de Magrit en terciopelo negro y los pendientes de brillantes negros de Grisogono, también los había utilizado con anterioridad.

Para su última jornada en París, la Reina optó de nuevo por Hugo Boss. En su visita al Instituto Cervantes y su posterior pase por la exposición sobre los hermanos Lumière, llevó un informal vestido sin mangas, de cuero y en color topo. Ha sido su atuendo menos «real», y lo combinó con unas poco favorecedoras sandalias de Adolfo Domínguez de pitón y un bolso de estilo avestruz.

En este viaje a París, Doña Letizia ha dejado patente la mejora de la moda española y su cuidado estilo personal. Se ha quedado en la reválida por no dejar de utilizar marcas extranjeras fuera de España. En cualquier caso, ha lucido como el sol entre las francesas: Ségolène Royal apareció con arrugas en el vestido y michelines; Anne Gravoin de Valls, con sus eternos vestiditos infantiles en blanco, enseñando brazo de estibador noruego y zapatón negro; y Anne Hidalgo combinando zapatos blancos con atuendos poco favorecedores. Así, así, así pierde París.