Campeones del fútbol y la política

En un país donde el fútbol es el deporte más popular, no es raro encontrar exjugadores entre los candidatos. Dos de ellos, Romario y Bebeto, ya son veteranos en la competencia electoral y este domingo de nuevo obtuvieron cargos legislativos: uno, como senador nacional y otro, como diputado estatal. Por su parte, Ronaldo, está protagonizando un creciente acercamiento a la campaña de Aecio Neves, por ahora sin un cargo público.

Romario de Souza, el exdelantero de la selección brasileña que se hizo con la Copa del Mundo en 1994 en Estados Unidos -y con el Balón de oro al mejor jugador-, fue elegido ayer senador por el Partido Socialista Brasileño en Río de Janeiro con más del 63% de los votos. La distancia con su rival más cercano, el conservador César Maia, del partido liberal Demócratas (DEM), aumentó significativamente a lo largo de la campaña y finalmente Maia obtuvo un 20,51% de los votos.

El amplio apoyo popular que ha recabado Romario consolida una carrera política que ya había comenzado el exjugador del Barcelona cuando ganó las elecciones a diputado en 2010. El domingo obtuvo un rotundo apoyo, con 4,6 millones de votos, y será senador por ocho años. Su partido llevaba como abanderada a Marina Silva, pero él, que había votado a Dilma en 2010, se abstuvo de dar un apoyo explícito a la candidata. Considerado uno de los cinco mejores futbolistas del mundo por la FIFA, Romario trabaja a favor de las personas discapacitadas y tiene una hija con síndrome de Down, que fue a votar con él el domingo. En uno de sus últimos actos electorales visitó la favela carioca en la que nació, Jacarezinho, donde afirmó que allí aprendió a «vivir con dignidad» y aseguró que el dinero público «debe amparar a los que más lo necesitan». «A partir de un resultado positivo en las urnas» dijo el ahora ya electo, «voy a cumplir».

También Bebeto, delantero en la selección de 1994 y campeón del mundo junto con Romario, fue elegido diputado para la Asamblea Legislativa de Río.