CÁDIZ

La maldición de las fechas

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La construcción del puente de Cádiz ha sufrido dos grandes paralizaciones, que han favorecido un retraso de dos años. La primera de ellas, bajo la responsabilidad del ministro socialista José Blanco, tuvo lugar en junio de 2010 por los impagos de tres certificaciones de obra, así como la ralentización de 2011 y los contratiempos sufridos entre 2012 y 2013. En este último año fueron varios temporales con fuerte viento de levante los que dieron al traste con todos los pronósticos de apertura del segundo acceso de la Bahía. Esta situación obligó a los técnicos a elevar en dos ocasiones al Ministerio de Fomento un nuevo calendario de finalización de la obra y combatir así el retraso que acumulaba el proyecto, acrecentado en la última etapa de gestión del Gobierno socialista. Sin embargo, ambas reprogramaciones tampoco fueron de fiar. De hecho, la propia ministra de Fomento, Ana Pastor, siguió en marzo del año pasado a pie juntillas lo que ponían los papeles de los técnicos y se atrevió a adelantar durante una visita a Cádiz a las obras de ampliación del puerto que el nuevo acceso a la Bahía estaría acabado a finales de 2013. El anuncio de la responsable de Fomento cogió por sorpresa a todos los presentes, que no dieron crédito a tal afirmación ante el aspecto que presentaba la obra. En ese momento, el proyecto se encontraba al 75% de su ejecución y resultaba complicado aventurar una terminación tan rápida, sobre todo, cuando el tramo atirantado estaba aún sin montar. Ahora mismo nadie se atreve a dar una fecha.