'CASO ASESORES'

Se acabó el «cachondeo»

El hombre que se reía de la Justicia, que puso a Jerez en el mapa y que corría cada año la maratón de Nueva York se enfrenta por primera vez a la cárcel

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Supremo lo absolvió en 1988 por declarar que «la Justicia es un cachondeo» y el Supremo lo manda ahora a prisión por la contratación irregular de dos compañeros del PA en empresas municipales. La condena lo dejó ayer mudo ante la prensa. Un gesto insólito viniendo de un dinosaurio -«enorme», le llamaban- de la política y sin pelos en la lengua al que jamás nadie le vio torcer su desmesurado ego durante los 24 años que gobernó el Ayuntamiento de Jerez como si fuera el patio trasero de su propia casa.

Su primer triunfo le llegó con apenas 29 años, liderando el cartel electoral del Partido Andalucista en las primeras municipales. Sin el dorsal de los grandes partidos a sus espaldas, este abogado y empleado de la extinta Caja de Ahorros de Jerez, ya prejubilado, se hizo con el bastón de mando. Lo suyo siempre ha sido la larga distancia. Ningún año faltaba a las maratones de Nueva York y madrugaba cada mañana para dar rienda suelta a su atlética afición en su ciudad. Como corredor de fondo ha sido incansable y coronado casi todas las metas que ambiciona un político: ha sido regidor en su municipio, vicepresidente del PA, referente del Partido Socialista de Andalucía (PSA), la formación que constituyó en 2001 cuando sus tensiones con Alejandro Rojas Marcos hicieron insoportable la convivencia. En 1982 resultó elegido diputado en el Parlamento andaluz y hasta su voz se resonó en el Europarlamento, donde se hizo con un escaño por el Grupo Arco Iris.

Sus adversarios lo temían por su verbo afilado de regate corto, mientras el pueblo de Jerez, donde reza que «sólo se puede ser señorito o caballo», se rindió a su arrollador carisma. Uno de sus rivales llegó a confesar años después que prefirió votar a Pacheco antes que a sus propias siglas. Fueron los tiempos de la Belle Époque del 'pachequismo', cuando inauguró el Circuito de Velocidad. Con Pacheco como presidente de la sociedad que gestiona las instalaciones, España recuperó un Gran Premio de Fórmula Uno en 1986, después de cinco años sin celebrarse. En siete ocasiones, cinco de ellas consecutivas desde 1986 a 1990, el Circuito de Jerez ha albergado un GP de F-1. El hombre que puso a Jerez en el mapa tenía muchas sombras pero también tuvo sus propias luces. Coqueto y presumido (gastaba caras corbatas y ropa de marca). Aficionado al Ribera del Duero -paradojas de la vida- que guardaba en su particular bodega, Pacheco era un incondicional de los suyos. No había campaña en la que uno de sus ayudas de cámara, 'Kubala', se olvidara de hacer la parada de rigor desplegando su particular mesa en la que despachaba por doquier gambas y Jerez. Pacheco ponía a todos mote y también se las gastaba con sus «sosios». A punto estuvo de dejarlos plantados en la constitución del Parlamento cuando no le gustó el reparto de la mesa. Se quedó en el hotel que hay frente a la Cámara y solo apareció (para disgusto de los suyos) con el tiempo justo para apretar el botón y votar. Hoy Pacheco, que fue capaz de reírse hasta de la diosa de la Justicia, Themis, llega al final de su carrera desfondado.