Miembros de la 'Shariah police' que patrullan por las calles de Wuppertal. :: FACEBOOK/ R. C.
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La 'Shariah police' pone en alerta a los ministros de Interior y Justicia de Alemania

Una 'policía religiosa' formada por voluntarios recorre las calles de Wuppertal para que se respete la ley islámica

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Patrullan vestidos con chalecos reflectantes de color naranja y la inscripción 'Shariah Police'. Han sembrado el centro de la ciudad de carteles amarillos con la advertencia 'Shariah Controlled Zone' y advierten en ellos a los jóvenes musulmanes de que la ley islámica prohíbe el alcohol, el juego, la música, los conciertos, la pornografía, la prostitución y las drogas. Pero esto no sucede en Riad, la capital de Arabia Saudí, ni en las localidades en Irak o Siria controladas por los yihadistas de Estado Islámico, sino en Wuppertal, en el corazón de la industrial Cuenca del Ruhr en Alemania. Toda una provocación para las autoridades locales y el propio Gobierno federal alemán.

Sin embargo, la policía de verdad y la Fiscalía de Wuppertal admiten que poco pueden hacer, ya que «aconsejar el cumplimiento de reglas religiosas no es un delito», según reconoció un portavoz de la Justicia en esa localidad de Renania del Norte-Westfalia. Para echarles el guante hace falta que rebasen los límites de la amenaza y la coacción. Pese a todo, la policía ha abierto una investigación contra once hombres por manifestación ilegal, así como contra tres presuntos 'policías religiosos', de entre 19 y 33 años, por pasearse con uniformes ilegales, todos ellos miembros de la escena salafista de Wuppertal, la ciudad alemana con mayor concentración de radicales islamistas. Se calcula que en el Estado más poblado de Alemania residen unos 1.800 salafistas.

Entre tanto, los ministros alemanes de Interior y Justicia reaccionaron ayer indignados. «No pensamos tolerar algo así en suelo alemán», dijo el titular de Interior, Thomas de Maizière, mientras su colega de Justicia, Heiko Maas, subrayó que «no pensamos tolerar una justicia paralela», ya que «de imponer la ley y el orden solo es responsable el Estado y de ninguna manera una autodenominada 'Policía de la Sharía'».

A su vez, el alcalde de Wuppertal, el cristianodemócrata Peter Jung, se mostró alarmado porque «esas personas quieren provocar conscientemente y atemorizarnos para imponer su ideología. No pensamos permitirlo». El responsable de Integración en su Ayuntamiento, Hans Jürgen Lemmer, advirtió de que los impulsores de esa 'policía religiosa' son «una tropa altamente peligrosa que recluta para la guerra santa».

El presunto cabecilla del grupo es el alemán converso al islam Sven Lau, un antiguo bombero de 33 años que ahora ejerce de predicador y es uno de los portavoces más populares de la creciente escena salafista en Alemania. Lau fue presidente de la asociación fundamentalista 'Invitación al paraíso' y es observado sistemáticamente desde hace años por la policía y los servicios de inteligencia interior de Alemania. El movimiento salafista hace años que ha tomado la calle en Alemania, donde regalan traducciones del Corán al alemán y reparten pasquines para seducir a jóvenes de religión musulmana e incluso animar a la conversión a quienes no lo son.

Confrontación con neonazis

Esta situación ya se vivió el pasado verano en el barrio de Tannenbusch, en la antigua capital alemana de Bonn. Jóvenes salafistas patrullaron por sus calles, amenazaron a muchachas por no llevar cubierta la cabeza e incluso dieron una paliza a un adolescente por tomar alcohol en una fiesta.

Mientras tanto, la policía de Wuppertal ha hecho un llamamiento a los ciudadanos para que denuncien inmediatamente la presencia en la calle de la llamada 'Sharia Police'. Sus miembros actúan con tal sentimiento de impunidad que han publicado en Internet un vídeo de varios minutos para publicitar sus patrullas, a las que también presentan con fotografías en las redes sociales y en portales como Facebook.

Las autoridades locales temen además una confrontación abierta con miembros de la ultraderecha germana. Los neonazis de la ciudad, uno de sus bastiones nacionales, discuten en distintos blogs cómo afrontar la amenaza yihadista y han fundado ya la llamada 'Defensa Ciudadana de Wuppertal'. En las redes sociales han anunciado que saldrán a la calle con su propia milicia vestida con camisas rojas y con la misión de «garantizar la seguridad, la ley y el orden». Solo falta que se encuentren unos y otros.