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Londres mueve ficha ante la amenaza yihadista

LONDRES. Actualizado: Guardar
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David Cameron ha dado un paso más en la respuesta de Reino Unido a la amenaza desatada tras el asesinato del periodista estadounidense James Foley a manos de un yihadista supuestamente de origen británico. La semana pasada, el Gobierno elevó a 'grave' -cuarto grado de una escala de cinco- su nivel de alerta por terrorismo y ayer, a tres días para que comience en Gales la cumbre de la OTAN, el primer ministro anunció un endurecimiento de las leyes antiterroristas.

En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, Cameron detalló una serie de medidas contra «la amenaza» que suponen los yihadistas de origen británico que combaten en Siria e Irak, medidas que incluyen la posibilidad de que la Policía fronteriza confisque los pasaportes de sospechosos de terrorismo. Además, las aerolíneas deberán entregar las listas de sus pasajeros a las autoridades británicas con tiempo suficiente para identificar a posibles extremistas e intentar que los que hayan viajado al extranjero no vuelvan al país.

El 'premier' conservador señaló que la amenaza que supone «la barbarie» del grupo radical Estado Islámico (EI) precisa «una firme respuesta» con dos objetivos: evitar que los posibles extremistas viajen al extranjero, pero también actuar contra los que se encuentran dentro del país y suponen «un riesgo actual».

Las autoridades tendrán además nuevos poderes para impulsar una serie de medidas preventivas que permitirán restringir la libertad de movimiento, como sucedía en el pasado con las llamadas órdenes de control domiciliario, que someten a toque de queda y estricta vigilancia a presuntos terroristas. «Somos una sociedad abierta, tolerante y libre. Pero no podemos permitir que ese aperturismo sea confundido con una tolerancia hacia el extremismo», señaló el primer ministro, quien cifra en unos 500 los británicos que han viajado a Siria e Irak para combatir en la ofensiva liderada por los extremistas del EI. Los datos en poder del Gobierno británico estiman que ese número es de 400 en Alemania y de unos 700 en Francia. Para Cameron, la reciente decapitación de Foley a manos de un yihadista de origen británico fue una «prueba evidente» de que el auge del extremismo es el mayor riesgo de seguridad que afronta actualmente Reino Unido.

En la sesión, el líder laborista, Ed Miliband, apoyó los objetivos que busca el Gobierno con estas medidas, si bien censuró la falta de detalles por parte de Cameron, que las ha negociado con sus socios liberaldemócratas en el Gobierno, reticentes a rebajar las libertades civiles. El primer ministro, consciente de esta crítica, indicó que algunas de las normas irán acompañadas de salvaguardas, y se comprometió a defender la legislación en los tribunales en caso necesario. Las quejas llegaron también desde el Consejo Musulmán Británico, la mayor asociación islámica en Reino Unido, que teme una mayor radicalización de jóvenes marginados. En unas declaraciones a la web del diario 'The Guardian', el subdirector del Consejo -que representa a más de 500 mezquitas y grupos musulmanes-, Harun Khan, señaló que el Gobierno debería dialogar con agrupaciones como la que representa para atajar la lacra del extremismo.

Movilización internacional

La comunidad internacional se ha unido para ayudar a la población afectada en Irak y Siria por la ofensiva del EI. La ONU aprobó ayer enviar de manera urgente una misión investigadora de derechos humanos a Irak para que establezca los hechos relacionados con los crímenes perpetrados por el EI, que Naciones Unidas considera «crímenes contra la Humanidad». Según expuso ayer la responsable adjunta del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, Flavia Pansieri, miembros de minorías religiosas «han sido asesinados, otros han sido sitiados y privados de alimentos, agua y medicinas». Pansieri dijo que al menos un millar de yazidíes fueron asesinados en las últimas semanas, y unos 2.750, secuestrados o esclavizados. «Al menos 2.250 mujeres y niños han sido detenidos como rehenes en la prisión de Badoush en Mosul, en Tal Afar y otros lugares bajo control del EI».

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, notificó ayer oficialmente al Congreso de su país los ataques aéreos que realizan en Irak «con el propósito limitado de detener el avance del grupo terrorista Estado Islámico». La comunicación presidencial al Legislativo responde a los requisitos de la Resolución sobre Poderes de Guerra estadounidense. Obama autorizó bombardeos en apoyo a la acción del ejército kurdo en tierra, y para romper el cerco a la población sitiada en la zona de Sinjar y después a la atrapada en Amerli. Las fuerzas de seguridad iraquíes, apoyadas por milicias chiíes, entraron el domingo en Amerli después de que EE UU efectuara varios bombardeos contra los yihadistas que estaban sitiando la ciudad, acabando así con dos meses de bloqueo.