La extracción artesanal de sal ya se realiza en Puerto Real, desarrollado por la UCA. :: LA VOZ
Chiclana

Un salario más que digno

Dos emprendedores crean una consultoría para recuperar la explotación de las salinas

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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A menudo solemos pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor; más próspero, entrañable o justo. Y a menudo, en aras de eso que llamamos progreso, sacrificamos o renunciamos a todo lo que es pasado para abrazar al futuro y su tecnificación. Así, entre la nostalgia del ayer y el furor por el mañana, descartamos todo aquello que consideramos que queda fuera de la ecuación perfecta de los mercados: oferta y demanda. Los costes de producción y la rentabilidad se cuelan en nuestro raciocinio para descartar cualquier artesanía del pasado como competitiva en pleno siglo XXI. Las salinas que tuvo Chiclana, sus cristalizadores, esteros y salineros, son reflejo de este ayer añorado pero considerado hoy inviables empresarialmente. Duermen el sueño de los justos, mientras el futuro nada parece traerles más que el ostracismo. ¿O no? Porque dos investigadores y emprendedores defienden que en plena sociedad de consumo, la recuperación de la actividad en las salinas tiene cabida en el mercado. «La sal artesanal es viable», así de contundente se muestra el chiclanero Adrián Sánchez. Él junto a isleño Antonio Jesús Rivero han desarrollado un proyecto para hacer viable la actividad en las salinas. Tanto es así, que están en negociaciones con el Ayuntamiento para conseguir recuperar la vida de las tres salinas que en la actualidad tiene Chiclana sin actividad.

Mientras esta intención marcha o no, ambos investigadores pelean por abrirse hueco en el mundo empresarial. Licenciados en Ciencias Ambientales por la Universidad de Cádiz, máster en gestión económica y del litoral; ambos emprendedores llevan casi diez años dedicados al estudio de marismas, humedales y salinas. Un amplio recorrido investigador desarrollado en las salinas de la Esperanza de Puerto Real, en el seno de la UCA, y que le han llevado a ganar dos premios. Así, en 2011, ganaron el primer premio de las Becas Soñadores, un concurso, promovido por Loterías del Estado y National Geographic y al que concurrieron con su proyecto 'Experiencias de uso y manejo de salinas artesanales: desarrollo integral de un sistema en proceso de desaparición'. Una labor que también ha sido reconocida con el tercer premio del concurso internacional atrÉBT! CEIMAR.

Con estas credenciales Andrés y Antonio han decidido crear la consultoría Marisma XXI. La finalidad de esta empresa es estudiar la viabilidad empresarial de la acuicultura extensiva». «Ofrecemos la realización de proyectos previos y el asesoramiento para garantizar que las salinas son viables», explica el chiclanero de 26 años. Tan seguro se muestra de que lo es que garantiza que desde su consultoría ya han hecho movimientos «para abrir el mercado de la sal artesanal en Europa». «Hay un mercado europeo que está interesado en este tipo de sal», explica Sánchez.

No es su primer logro, desde la UCA ya consiguieron que la Junta de Andalucía modificara la ley para que distinguiera entre la sal industrial y la natural artesanal, calificada ahora como sal marina virgen. Una calificación a la calidad de lo artesanal que defienden como «intento de revalorización». Los dos jóvenes ya colaboraron en la puesta en marcha de la salina de la Esperanza. Igualmente han colaborado en la puesta en marcha y la redacción del pliego de condiciones de unas salinas de Puerto Real que saldrán a concurso público.

En esta línea los dos gaditanos defienden la idea de que el Ayuntamiento de Chiclana fomente la recuperación de las salinas de la localidad, hoy abandonadas. «Se podrían poner en marcha si se opta por un modelo diverso», reconoce el joven. Un mensaje alentador, máxime cuando estiman que 25 hectáreas de salinas dan la posibilidad de emplear a unas 30 personas. Para ellos, «solo hay que creérselo porque no sabemos lo que tenemos». Y con ese punto de arranque, asentado por nuestros antepasados, ellos tienen la llave: «Somos los únicos capaces de hacerlo».