Los inspectores señalan lo difícil de detectar este tipo de fraudes fiscales

El presidente de los inspectores de Hacienda del Estado, Ransés Pérez Boga, admitió ayer que los fraudes fiscales como el que supuestamente habría cometido Jordi Pujol son muy difíciles de detectar, «porque los pagos se hacen en efectivo y el fruto de estos delitos se oculta en paraísos fiscales».

Pérez Boga destacó que se trata de un fraude muy complejo porque los que pagan las comisiones ilegales se benefician también del delito al obtener contratos públicos con precios inflados, que les permiten pagar las «mordidas» y, a pesar de ello, obtener pingües beneficios. Asimismo, indicó que, en general, la clase política es poco dada a airear estos «trapos sucios».

El presidente de los inspectores recordó que en el año 2005 el entonces presidente de la Generalitat Pasqual Maragall denunció en el Parlamento autonómico lo que estaba sucediendo -que CiU cobraba comisiones del 3 % en las adjudicaciones de obra pública- pero se retractó de inmediato. A pesar de ello, incidió en que no todo es negativo, ya que la fortuna de la familia Pujol en el extranjero, aunque oculta durante décadas, «se terminó destapando finalmente por las investigaciones en curso y no por un arrepentimiento espontáneo».

Pérez Boga señaló los inspectores de Hacienda ya propusieron en el pasado que la Agencia Tributaria «asumiera competencias anticorrupción, que se inspeccionara anualmente a quienes decidían el destino del dinero público y que se potenciara la denuncia de este tipo de irregularidades».