Deberá elegir entre comparecencia o comisión de investigación

Jordi Pujol puede tener graves problemas si al final decide ignorar la llamada que el Parlamento de Cataluña le hizo la semana pasada para que comparezca el próximo 2 de septiembre, en la Comisión de Asuntos Institucionales, para explicar con todo lujo de detalles por qué él y su familia ocultaron durante 34 años, incluidos sus 23 al frente de la Generalitat, una fortuna millonaria en el extranjero, en bancos de paraísos fiscales.

A Esquerra Republicana le sentó ayer especialmente mal que el expresident, este jueves, cuando hizo su primera aparición pública desde que se desató el escándalo político, dijese que aún se lo tenía que pensar, que ya se vería si acudía o no a la llamada de la cámara autonómica para que diese explicaciones a los representantes de los catalanes. La número dos de Esquerra le describió sus posibilidades con total claridad. No le va a dar mucha opción. Tendrá que elegir entre lo malo o lo peor.

Marta Rovira le dijo que si el 2 de septiembre no acude al Parlament a contestar a las preguntas de los portavoces políticos, en un gesto de buena voluntad y de coherencia con su carrera política y los cargos institucionales que ha ocupado, el grupo republicano se encargará de que la propia cámara ponga en marcha una comisión de investigación sobre el fraude fiscal y la corrupción política en la que se le citará a declarar y ya no podrá negarse, por estar en ese caso obligado a acudir.

Esquerra le envió el mensaje a Pujol, pero también a CiU, para que sus líderes se encarguen de convencer al fundador de la coalición. La idea es sencilla. Hasta ahora los republicanos han evitado hacer demasiada sangre a sus socios por el 'caso Pujol' y se han conformado con que se limite a comparecer. Pero si se niega, unirán sus votos a los del Partido Popular, y posiblemente también a los de PSC, Ciutadans e Iniciativa, y podrán en marcha la comisión de investigación.