La Generalitat de Cataluña se plantea cobrar una tasa a los recogedores de setas

La Generalitat de Cataluña quiere poner coto al exceso de aficionados a las setas que, cada temporada, buscan por los bosques y los campos de la comunidad su particular tesoro. El incremento de practicantes y el uso comercial de las seta son los motivos esgrimidos por el Gobierno regional para implantar este canon, que todavía está en estudio.

Considera que la recolección no genera ningún beneficio directo al dueño forestal y, en cambio, sí que le comporta perjuicios. «Este hecho es injusto para el propietario que lo ha de gestionar, dado que el mantenimiento de la masa forestal en buenas condiciones es un beneficio medioambiental para la sociedad de un valor incalculable», argumenta el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Además, la compilación excesiva de setas, indica el Gobierno catalán, provoca que los terrenos forestales «sufran una concurrencia de visitantes excesiva, lo que perjudica considerablemente el manto forestal, en detrimento de su producción, y aún más grave, daña el micelio y las ráices de las especies forestales micorrizadas».

Esta futura tasa cuenta, al menos, con el respaldo de los catalanes. El 67,2% de la población está de acuerdo en la aplicación del gravamen. Este porcentaje sube diez puntos en apoyo si el dinero que se recaude va destinado a las mismas zonas. Asimismo, el 68,5% de los consultados están de acuerdo en que se debe tratar de forma diferente a los recolectores de setas comerciales que a los que recogen para consumo propio.

Esta diferenciación ya la aplica Castilla y León, la única comunidad donde están reguladas estas diferenciaciones desde hace cuatro años. Pueblos de Ávila, Burgos, Valladolid, Soria, Salamanza y Zamora ya tienen cotos determinados donde los micólogos pueden recoger las setas, pagando unas tasas determinadas por el origen del recolector, el destino del alimento y la duración. De esta manera, si un aficionado madrileño quiere ir a Segovia un solo día, deberá pagar 10 euros y si quiere destinar el fin de semana para esta afición, el pago será de 15 euros. Toda la gestión se realiza por internet.

Por ejemplo, si la recogida micológica está destinada a usos comerciales -restaurantes, sobre todo- deberá pagar una tasa de 300 euros. En cambio, si quien recoja un vecino, la tasa es de 20 euros. En cuanto a las cantidades, Castilla y León prevé dos kilos de perrechico al día o cuatro kilos de otras especies. Esta política ha sido copiadas por algunos consistorios y zonas rurales, como el Maestrazgo turolense.