Fichar por fichar

No falla. Año de mundial, año de fichajes. No hay nada como jugar bien dos semanitas en el Mundial para asegurarte un futuro a medio plazo en esto del fútbol. Si solo te conocen en tu país, y de refilón, pasas a tener un nombre en el mundillo; si eres joven y estabas en la infinita agenda de promesas que manejan los secretarios técnicos del planeta, pasas a ser un crack tan rápido como se derriten los helados paseando por la playa. Claro que sí. Que está la cosa fatal y hay muchos representantes e intermediarios a los que dar de comer (y beber) para tenerles contentos.

El Real Madrid es experto en dichas 'artes amatorias hacia esta rama del famoso entorno futbolístico, que no todo van a ser palos para la prensa siempre. Da lo mismo que hayas ganado la Champions League después de doce años sin oler ni siquiera una final; da lo mismo que te hayas llevado un lustro encajando piezas para formar un equipo competitivo. El mercado siempre está abierto y el dinero se tiene que mover.

El Real Madrid, como el Barcelona, la Juventus, el Manchester United, el Chelsea, el PSG o el Bayern Munich, por poner algunos ejemplos, está 'obligado' a comprar caro. Hasta ahí, de acuerdo. Pero una cosa es fichar caro y otra fichar por fichar. Como gestor puedes 'experimentar' con jugadores como Morata, Casemiro, Carvajal pero nunca permitirte el lujo de gastarte una ingente cantidad de millones en Illaramendi o Isco si no estás dispuesto a tener paciencia en dicha inversión.o a verle triunfar lejos de tu estadio.

Porque detrás de Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham, además de buenos futbolistas, existía una calculadora de rentabilidad económica, de 'nichos' deseosos de invertir su afición, su ilusión y su dinero en seguir a sus ídolos en el Real Madrid. Como pasó con Cristiano Ronaldo, Benzemá o Bale. Y como pretende hacer ahora con Kroos y, sobre todo, con James Rodríguez.