Editorial

Diferencias insalvables

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No es lo mismo estar jodido que estar jodiendo. La diferencia es sustancial de tal manera que llegan a ser insalvables. Una vez más huelga en Renfe, cuando los españoles se disponen a iniciar sus vacaciones. En los últimos cuatro años se han producido tres convocatorias de huelga, siempre por supuesto en fechas señaladas, para que a los ciudadanos-clientes-contribuyentes no se les olvide la odisea que cada uno deberá asumir para llegar a sus destinos. Pobres administrados. Quizás sea el término que mejor refleje el problema, sobre todo si analizamos las exigencias sindicales que justifican la huelga. La de Renfe es la última en ser comunicada, ya que con carácter previo había sido convocada en Adif. Sí, administrados y contribuyentes, porque estamos nuevamente ante una huelga que afecta al sector público. Las huelgas en Adif y Renfe convocadas para el 31 de julio y 1 de agosto afectarán a 90.000 personas.

Los motivos, los de siempre cuando se trata de una empresa pública. Quizás estos se puedan sintetizar en la oposición sindical a la liberalización del sector, que es impuesta por la Unión Europea. Creo que sería el momento de llevar a cabo ésta hasta sus últimas consecuencias y de la manera más expeditiva posible. Una vez más la célebre frase: «La mejor empresa pública es la que no existe». Los sindicatos pretenden ser parte en la organización y estrategia empresarial, lo que corresponde en exclusiva a la empresa. Pero claro, es una empresa pública, que se supone es de todos y en consecuencia aquí todos opinan. Pero no lo hacen para llevarse las manos a la cabeza con los 16.500 millones de deudas de Adif. Ni por el hecho de que los éxitos comerciales impiden contener los gastos a Renfe, lo que excluye a la misma rentabilizar el aumento de ingresos por los viajeros. Se aduce al proceso de desmantelamiento del ferrocarril público, debido a la apertura de la competencia en el transporte ferroviario, la externalización de cargas de trabajo y la privatización de las taquillas de las estaciones de cercanías.

Renfe se configura como entidad pública empresarial, heredera del legado de la Renfe creada en 1941, que fue declarada extinta en 2005. De ahí surgió además Adif, operador de infraestructuras ferroviarias. La Unión Europea exige la apertura de los mercados y también del ferroviario. La ley del Sector Ferroviario obliga a que la Red de Interés General sea abierta a cualquier operador en régimen de competencia. La liberalización de las mercancías es un hecho desde 2006. La liberalización completa, permitiendo la entrada de cualquier operador en cualquier línea, ha de producirse según la normativa europea como máximo en 2017. Precisamente los motivos esgrimidos por los sindicatos en apoyo de la huelga, suponen una rémora para hacerla competitiva, en cuanto que expande y descontrola el gasto, lo que impedirá en el futuro contar con ella, provocando así la completa liberalización del sector. Así lo espero. Son muchos los años de estar jodidos.