Una sanidad desbordada

La sanidad, como la educación, es algo sagrado o, al menos, eso entienden médicos y pacientes. El cierre de camas y los recortes impuestos por el Servicio Andaluz de Empleo (SAS) afectan negativamente a la prestación de los servicios básicos, sin embargo, esta situación de ajustes quizás sea más llevadera en los meses de invierno que en los de verano. La cuerda se ha roto por la parte más débil. Los médicos de Urgencias del Hospital Puerta del Mar han estallado ante unas condiciones de trabajo insostenibles y precarias. Las sustituciones de verano por vacaciones del personal sanitario no se han cubierto en su totalidad y han provocado serias lagunas en los principales servicios médicos. Así, la atención al paciente está a medio gas y son frecuentes los retrasos y esperas en las urgencias. Para botón, una muestra. Los enfermeros del hospital de referencia de la provincia reconocen que hay 60 turnos sin cubrir en julio debido a los recortes en las contratación de los sustitutos. Llama la atención que la denuncia venga esta vez de los propios facultativos, hartos de desempeñar su trabajo bajo mínimos, en lugar de los propios pacientes. El colapso de la sanidad, el aplazamiento de las intervenciones quirúrgicas para otoño y el cierre de camas en verano es un clásico de julio y agosto, pero todo tiene un límite. La consejera de Salud y Bienestar Social, María José Sánchez Rubio, visitó el pasado mes la Bahía de Cádiz y anunció un ambicioso plan de reordenación de los servicios de urgencias con el ánimo de reducir los tiempos de demora y ganar en calidad de servicios. Así, se atrevió a adelantar la puesta en marcha de una nueva planificación que incluía un tiempo de espera máximo de cinco minutos entre la llegada al hospital y la primera atención. La consejera dijo que esta medida se activaría en julio, pero olvidó decir de qué año.