Rocío 2014 | CÁDIZ

Al encuentro de la Blanca Paloma

Los romeros marchan al compás de sevillanas hacia el coto de DoñanaLas hermandades de Jerez, El Puerto de Santa María y Sanlúcar son las últimas en iniciar el camino

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Cuarenta años lleva Luis Pérez haciendo el camino con la hermandad de Cádiz. «En todos estos años sólo me he perdido uno», reconocía ayer, a las puertas del Convento de Santo Domingo, con cierta pena. «Yo era el carrero, pero a mis 77 años ya lo he dejado en otras manos». Ayer se mostraba entusiasmado por poder hacer el camino junto a su hijo, su nieto y su bisnieto, cuatro generaciones juntas. «Esto es como un veneno», resumía, «en cuanto vayas una vez te pica, y ya tienes que hacerlo todos los años». A Luis le picó hace 40, cuando su buen amigo Alfonso Bolaño le pidió que hiciese de carrero con la hermandad de Cádiz. «Por aquel entonces sólo hacíamos el camino unas 50 personas y nos llamaban locos por ir hasta Almonte andando, pero fíjate cómo ha cambiado todo y ahora somos más de 200». Minutos antes de encarar la Avenida y poner rumbo a la carretera, Luis confesaba que uno de los momentos más especiales «es cuando vamos por la arena, por el mismo centro del Coto de Doñana».

Emocionada estaba también Cristina Ventosa, quien desde hace 21 años acude periódicamente a la Aldea del Rocío. «No siempre he podido hacer el camino, a veces voy directamente y cuando puedo participo de la romería». Cristina contaba que «momentos buenos se viven durante toda la semana, pero quizás durante las noches que pasamos en Doñana se confraterniza más. Cuando termina el día nos colocamos junto al Simpecado y allí rezamos y cantamos, que es otra forma de orar. Nos volvemos como más humanos». A su lado, Miguel Ángel López no pudo describir qué se siente durante la romería. «No se puede contar, hay que vivirlo».

Con las ganas de experimentar un nuevo camino, la hermandad de Cádiz era la primera en emprender el rumbo hacia la aldea almonteña. A las ocho de la mañana, el obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, oficiaba la misa de los romeros. En ella recordaba que la peregrinación «debe ser un tiempo para rezar, para pensar y escuchar a Cristo». Zornoza aseguró que «en este camino se experimenta la riqueza y la pobreza del hombre, del creyente». Tras la eucaristía, la hermandad capitalina se dirigió hacia la plaza San Juan de Dios donde la alcaldesa, Teófila Martínez, colocó una ofrenda floral al Simpecado gaditano. Desde allí se dirigieron al Convento de Santo Domingo, donde realizaron una ofrenda floral a la patrona, la Virgen del Rosario. En torno a las once de la mañana, los dos centenares de romeros emprendían el camino hacía Sanlúcar.

Las hermandades de Rota y Chipiona fueron la segunda y tercera en partir en la jornada de ayer. Como novedad, la filial roteña recuperaba la tradición de presentarse y despedirse de la Patrona de la Villa, la Virgen del Rosario, antes de iniciar su camino hacia la Aldea para encontrarse con la Blanca Paloma. Para ello, y tras la tradicional misa de romeros en la iglesia del Carmen, la hermandad se encaminó al casco antiguo de la ciudad hasta llegar a la Parroquia de Nuestra Señora de la O. Desde allí, los romeros roteños iniciaron un año más su camino hacia la Aldea no sin antes parar y rezar una oración en la barriada de la Blanca Paloma.

En torno a las 9.00 horas, la hermandad de Chipiona iniciaba también los actos previos al peregrinaje. Tras la misa de los romeros partía hacia Sanlúcar de Barrameda para llegar hasta el Coto cruzando el río Guadalquivir.

Arcos

Un despertar con el sonido del tamboril de fondo y con los pasos de la carreta del Simpecado recorriendo las calles de Arcos. La Ciudad Monumental serrana fue testigo ayer del inicio del camino que un centenar de sus vecinos emprendieron para encontrarse, en unos días, con la Blanca Paloma. El peregrinar ya se ha iniciado y los arcenses y vecinos de la comarca que les acompañan ya caminan por las arenas del Coto de Doñana.

A las 8 de la mañana se celebró la misa de romeros y casi una hora después se llevó a cabo el traslado del Simpecado desde el altar de San Francisco hasta la carreta. Un grupo de niños del colegio de la Fundación Moreno Bachiller de la Salle cantaban y bailaban abriendo un cortejo procesional que recorrió San Francisco, la zona de las Aguas, Peña Picada, Corredera y Paseo de Andalucía, para terminar en la zona del Recinto Ferial, donde realmente se iniciaba el camino.

La crisis sigue haciendo estragos en la filial número 95 de la hermandad de Almonte y apenas llegan al centenar de personas las que ya se han puesto en marcha. De hecho, en la explanada de la feria sólo un par de carrozas, otro par de remolques y una decena de todoterrenos esperaban al Simpecado. No obstante, la hermandad espera que tanto en los días previos como en el momento de la celebración del Rocío se unan a ellas muchos hermanos que no pueden realizar el camino completo y que se vuelvan a superar las 200 o 300 personas que esta hermandad aporta a la celebración en tierras onubenses.

Las altas temperaturas estuvieron presentes desde la misma salida del Simpecado y marcaron un inicio de un camino que este año se espera muy caluroso. El corto discurrir por las calles de Arcos tuvo momentos muy emotivos como los vividos en la zona de las Aguas, donde tras la visita a la Virgen que da nombre al barrio el Simpecado recibió una lluvia de pétalos. El momento más complicado fue en Corredera, donde al mulo que tiraba del Simpecado le costó hacer la pequeña subida del Gallo Azul e incluso llegó a volverse sobre sus pasos. Durante el camino, la hermandad arcense tuvo un contratiempo al pinchar la rueda de uno de los carromatos por lo que el embarque, previsto para la 13.00 se retrasó una hora. Fue el único incidente reseñado de la jornada en la que también inició la romería la hermandad de Puerto Real.

Hoy saldrán las últimas filiales de la provincia. Les toca el turno a Sanlúcar, El Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera.