Las obras empiezan a florecer

El sector de la construcción ha sido con diferencia el más afectado por la crisis. El boom inmobiliario, una de las causas principales de la situación económica que actualmente vive el país, dejó en la estacada a miles de obreros que, un día, decidieron dejar de lado sus estudios, atraídos por un empleo que daba mucho dinero y en el que nunca faltaba trabajo. No hace tanto tiempo, los andamios dibujaban los horizontes de las ciudades. Las obras se solapaban y se llegaron a edificar tantas viviendas que muchas de ellas se han convertido en el fantasma de proyectos millonarios e innecesarios.

Ahora, que parece que los brotes verdes comienzan a aparecer en forma de hoja minúscula, este sector también encuentra su pequeño respiro. Según los últimos datos de la EPA, en un año, en la provincia, se han creado alrededor del 7.300 puestos de trabajo, que han dado empleo a un pequeño porcentaje de desempleados.

Eso sí, todo apunta a que los años de sueldos estratosféricos y de las construcciones sin sentido han quedado atrás. Precisamente, este último punto es uno de los aspectos positivos que ha traído la crisis a la sociedad. Ahora, se apuesta por la edificación sostenible y en invertir en rehabilitación porque, al fin al cabo, si las promotoras y los bancos aún mantienen un importante excedente de pisos vacíos, para qué seguir construyendo.

El problema será para aquellos trabajadores que no decidieron buscarse la vida por otro lado, y siguen esperando a que las obras del pasado regresen a este presente. Para estas personas, la realidad es que eso nunca va a suceder, así lo afirman los expertos, patronal y sindicatos, y si aún tienen tiempo laboral, y ganas, no les quedará más remedio que actuar y reengancharse en otros trabajos, aunque sea empezando de cero.

Sea como sea, parece que empieza el momento de dejar de ser pesimistas y empezar a ver la luz a final del túnel de la desesperación.