CÁDIZ

Localizan los cuerpos de los militares fallecidos en Canarias

El padre del teniente de Chiclana, Sebastián Ruiz, asegura que tenían la «corazonada» de que la búsqueda iba a dar resultados

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El helicóptero del SAR que se estrelló en aguas de Canarias el pasado 19 de marzo fue encontrado en la madrugada de ayer a 2.362 metros de profundidad por el robot 'Rémora II', embarcado en el buque 'EDT Ares'. Dentro de la aeronave, según las imágenes obtenidas por el robot, están los cuerpos de los cuatro militares fallecidos en el accidente, el capitán Daniel Pena, los tenientes Carmen Ortega y Sebastián Ruiz -natural de Chiclana-, y el sargento Carlos Caramanzana.

El Ejército del Aire confirmó que el descubrimiento se produjo sobre las 03.00 horas de Canarias, en el área de una cuadrícula de una milla alrededor del lugar en el que se estrelló el helicóptero del Servicio Aéreo de Rescate (SAR). Al cierre de esta edición el operativo que coordina el ejército del Aire evalúa las posibilidades de rescatar a los fallecidos y la aeronave ya que se encuentran a una profundidad que «dificulta las complejas labores» de recuperación.

Con ese fin, el jefe de la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM) se dirigía ayer a Las Palmas de Gran Canaria, junto a su equipo de investigadores, todos ellos pertenecientes al Ejército del Aire.

El Ministerio de Defensa explicaba que se había realizado una «intensa e ininterrumpida» búsqueda entorno al punto de caída al mar del helicóptero Súper Puma del 802 Escuadrón de la Base Aérea de Gando, dentro de un área de una milla cuadrada. Los familiares de los cuatro tripulantes desaparecidos han estado informados en todo momento del desarrollo de esta operación.

Sebastián Ruiz, padre del teniente chiclanero, aseguraba ayer que en los últimos días tenía la «corazonada» de que iban encontrar a los accidentados, porque era Semana Santa, coincidía con que ayer se cumplía un mes del accidente y, además, porque el Domingo de Resurrección, «iba a ser como si ellos resucitaran, que iban a aparecer».

«Cuando de madrugada me han llamado y me lo han dicho, me ha dado un vuelco el corazón porque, por fin, es una noticia buena el que localizaran el aparato y, al mismo tiempo, que estuvieran todos, que era algo que también nos tenía un poco en vilo».

Ruiz ha subrayado que, desde el principio de este incidente, ha mantenido la «sensación o quizás también otra corazonada» de que los fallecidos iban a aparecer y que sería un «éxito» su rescate. «Ahora tenemos una tranquilidad que antes no teníamos, ya que lo peor que hay en la vida es la incertidumbre, y más cuando sabes con seguridad que tu hijo está fallecido y no sabes donde se encuentra. La noticia no es una alegría, porque la pérdida es tremenda, pero sí permite soportar la pena y el sentimiento».

En su opinión, lo que queda «es la última fase de la operación, traerlos a la superficie», y ha añadido que, para que se logre, «están los técnicos -especialistas contratados por el Ministerio de Defensa-, que ya lo han demostrado, y ahí están los hechos. Vamos a seguir como hasta ahora, confiando y esperando que los traigan de vuelta».

«¿Cómo lo van a hacer? Nos da igual el procedimiento, Confiamos en el que elijan. Saben mejor que nadie lo que es más eficiente y a nosotros -los familiares- nos queda dejarlos trabajar y procurar tener paciencia que, aunque no es fácil, como se ven resultados, hay fortalezas mientras se termina el rescate», ha apuntado Ruiz quien además ha querido agradecer al Ejército del Aire que, desde que dio luz verde a esta operación, «no ha parado un minuto de trabajar en el rescate». El padre de Sebastián Ruiz ha dado también las gracias a la Armada española, a todos los que han intervenido de «una u otra manera en la operación» y de forma especial al «cariño y la sensibilidad» que han dado los canarios a su hijo y compañeros.