CÁDIZ

Un Domingo de Ramos con una sola pena

El sol de la jornada acompaña a las cuatro hermandades que procesionaron ayer con la destacada ausencia del Pilar

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Lolo Asencio esboza una amplia sonrisa. Su túnica blanca, resplandeciente como la tarde de ayer, luce planchada impoluta y contrasta con el rojo de su cíngulo. Capirote al ristre, se prepara para el gran momento. «¿Papá cuándo me darán la campana? ¿Me avisarán?», pregunta nervioso a sus 7 años de edad. Y eso que tiene experiencia de tres años en la tarea que va a desempeñar. Oficialmente, es el muñidor, el que portará la campana que abre el cortejo que pedirá la venia de la Borriquita en la Catedral. Sentimentalmente es la encarnación del inicio de la Semana Santa, como uno de esos niños que, con palmas, recibió a Jesús a su entrada en Jerusalén. La Jerusalén más gaditana que ayer se rindió a los cuatro cortejos del día que Lolo se encargó de pregonar con su alegre repique, de Cobos a la Catedral. Tras él, tres golpes en la puerta de la Seo y la Pasión según Cádiz quedó inaugurada.

La Borriquita, desde la Alameda

Eso lo que se refiere al protocolo, porque a andar comenzó horas antes, con la salida de la Borriquita desde el Carmen. Desde esa iglesia en la que Lolo vencía los nervios con risas y juegos, partió el Señor de la Paz a las 14.33 horas. Esa es la hora exacta en la que la Cruz de guía pisó los adoquines de una Alameda resplandeciente, cuajada de gaditanos en sus aceras. Mientras, en el interior todo era un bullir constante en un cortejo que este año ha incrementado su número. Según explicaba poco antes de la salida el hermano mayor, Ignacio Ortiz, este año el número de penitentes ascendió a 280, una treintena más que el año pasado con lo que la hermandad se coloca «en cifras de antaño». Y había más alegría en La Paz, este año la cofradía cumplía 25 años con el título de carmelitana. Por ello, el galardón Emilio Bartús irá este año para los carmelitas de la provincia de Andalucía, como explicó Ortiz a los hermanos congregados en la iglesia.

Los tramos de penitentes abandonaban la iglesia con celeridad y el sol de la tarde no tardó en bañar de luz cálida el misterio del Señor de la Paz, este año de estreno de todas las cartelas, realizadas por Luis González Rey. Rosas rojas, antirrhinum y siemprevivas exornaban un paso que, bajo las órdenes de los hermanos Martín, atravesaba el dintel de la iglesia del Carmen sin complicaciones. Sonó 'Jesús de la Paz' y 'En tu trono de Rey' en su caminar por la Alameda, acordes de la Agrupación Polillas de Cádiz. La primera 'levantá', por los hermanos de Las Penas, hermandad que este año no pudo hacer estación de penitencia.

Los tramos de la Virgen del Amparo comenzaban a salir, mientras en el interior del templo la Señora esperaba con la candelería encendida. Rosas mini color champán y lilium blancos componían el exorno del palio burdeos que atravesó el dintel del templo carmelitano en loor de multitudes. Para ella sonó 'Paz y Amparo' y 'Esperanza Macarena', de la mano de la Banda de Música Pedro Álvarez Hidalgo de Puerto Real. La primera hermandad de la jornada se perdía en la Alameda, en su búsqueda de la Catedral. Mientras, en otro punto de la ciudad Cádiz se rendía al Señor del Amor.

Despojado, desde Salesianos

A las 15.00 horas se inició la actividad en la iglesia de Salesianos. Comenzaba a prepararse la salida de Nuestro Padre Jesús del Amor que este año llevaba un estreno muy especial. Y es que acompañando a la imagen del Despojado procesionó la primera imagen del futuro misterio de la hermandad, un romano que fue lo más comentado de la salida procesional en el día de ayer. En el momento en que los primeros cofrades pudieron ver el paso, sobre las 15.15 horas dentro de Salesianos, ya se escuchaban comentar esta novedad realizada por el imaginero José Romero Zafra. El mismo Romero Zafra, en declaraciones a Canal Sur Radio, indicó ayer que su intención era la de mostrar a un hombre «al que habían mandado estar allí pero que no tenía nada contra Jesús». También adelantó que el paso estaría completo en unos cuatro años y que la intención de la hermandad es la de incorporar el resto del misterio a la vez. Al citado romano, se sumó el estreno del túnico bordado y el paso de misterio en un conjunto de lo más acertado de la jornada.

Sobre las 15.30 horas, y acompañada por los acordes de la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de la Victoria, de León, enfilaba la avenida María Auxiliadora en donde centenares de gaditanos esperaban el paso del Despojado. Una comitiva que siguió cuando, tras pasar por la avenida y por Marianista Cubillo, se internó por el Paseo Marítimo. Allí, centenares de gaditanos de todas las edades esperaban para ver pasar el paso de misterio. En el templo quedaba la Virgen de la Concepción, a la espera de una futura incorporación en el cortejo.

El sol contribuyó al lucimiento de la cofradía, si bien es cierto que al paso por las calles del Paseo Marítimo el calor era bastante fuerte. Algunos gaditanos y turistas se acercaban al paso del Cristo en bañador, ofreciendo un contraste nada elegante. Su paso tradicional doble paso hacía que, en ocasiones, los miembros de la banda de música de León, tuvieran dificultades para seguirle. El cortejo encaminaba sus pasos al casco histórico en una jornada cofrade en la que aún faltaban dos hermandades más por comenzar su estación de penitencia.

La Cena, desde Santo Domingo

Eran las cinco de la tarde en punto cuando los miembros de la Agrupación Musical Sagrada Cena hacían su entrada en la iglesia de Santo Domingo. De hecho, la hermandad de Sagrada Cena tiene su propia banda, compuesta por hermanos de la cofradía y que, por tanto, hacen estación de penitencia al llegar a la Catedral. El público estaba expectante en Santo Domingo, en cuyo compás no cabía un alfiler. En el interior del antiguo convento, hoy reconvertido en hotel, la cuadrilla de cargadores, los penitentes y la banda de música esperaban juntos el momento de la salida procesional. Antes de salir, los hermanos se reunieron frente al camarín de la Virgen del Rosario y se encomendaron a Ella para que les ayudara en la estación de penitencia. Asimismo, le pidieron por el resto de los hermanos y los gaditanos. En el acto, en el que recordaron los 51 años de la hermandad, estuvo presente el padre Pascual Saturio, director espiritual de la hermandad.

El momento de salida de la Sagrada Cena, a las 17.35 horas, fue, como cada año, uno de los más espectaculares de su salida procesional. El capataz, Francisco Javier Baena, tuvo que emplearse a fondo para que la imagen de Jesucristo, con sus doce apóstoles, no tocara el dintel de la puerta y consiguiera salir al encuentro de la ciudad sin incidentes. El aplauso fue gigantesco en ese momento, como lo fue en el momento en que viró el paso para enfilar la calle Sopranis y tras la primera 'levantá', entre suspiros entrecortados de más de un presente, viendo la fuerza que se le imprimió al paso. Este año, además de contar con un nuevo capataz, el paso estrenaba una bandera concepcionista y el dorado del cáliz del Señor, en un cortejo que se engrandece año tras año tanto de hermanos, como de detalles cofrades.

Humildad, desde San Agustín

No había mejor forma de resumir el momento que estaban viviendo: «Lo que llevamos esperando un año, en cinco minutos se concreta». Jose Luis Cañízar, hermano mayor de Humildad y Paciencia, habla desde el altar mayor de San Agustín. No habían pasado siquiera esos minutos cuando las puertas del templo se abrieron a la sobriedad y el clasicismo de la jornada. La hermandad del centro comenzaba su caminar, con guiños a su pasado. 'Eterno Rey Celestial', himno de la hermandad, sonó tanto en el interior como el exterior del templo. Dentro, de la voz y el órgano de Roberto Domínguez. En la calle, con la instrumentalización de la Banda de Música Nuestro Padre Jesús Nazareno de Rota. Antes, la cuadrilla capitaneada por Francisco José Álvarez, superó con soltura la angosta puerta. El Señor enfiló San Francisco con 'Te rezaré en silencio' estreno compuesto por Sergio Larrinaga e interpretado por la Banda de Cornetas y Tambores Tres Caídas, de Arcos.

Tras el Señor de la Humildad, la Virgen de la Amargura, en su impresionante palio exornado por claveles blancos y fresias. Mientras en la iglesia el palio atravesaba el dintel, los últimos tramos de los 220 hermanos salían desde el antiguo instituto del Rosario. 'Amarguras' sonó para la Señora del mismo nombre. Fue la primera de una selección sobria y elegante de marchas, resueltas por la cuadrilla de Juan Manuel Manzano. Un repertorio con guiños a la hermandad ausente: 'Jesús de las Penas' sonó en Palillero. Para ese entonces, las hermandades de la jornada completaban sus recorridos, acumulando cierto retraso en su discurrir por Carrera Oficial, donde al cierre de esta edición un penitente de la citada hermandad fue trasladado en ambulancia, después de sufrir un desmayo en calle Ancha.

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