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Ocho razones españolas

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Gracias a 'Ocho apellidos vascos' he podido constatar como una película que conecta con el espectador llena las salas de cine. Lo que significa que esa industria puede y debe funcionar sin subvenciones y el IVA no influye en la comercialización de los buenos productos. La hostelería circundante a las salas han hecho negocio y además, sin sobre costes en las entradas la gente salía satisfecha. Y en el ámbito político, para el que siga apostando de manera desmesurada por el nacionalismo redentor, habrá podido comprobar hasta dónde llega el grado supremo de la estupidez humana. Por lo que nos toca a los andaluces, reflexionar sobre nuestros tópicos, debería hacer que un mero ejercicio de orgullo como pueblo, nos hiciera ponernos a trabajar de verdad, para que dentro de veinte años, los tópicos dejen de serlo y pasen a ser historias para recordar sin más. Veamos las razones para creer en España:

Primera: Gasto Público hipertrofiado. La deuda como porcentaje del PIB ha pasado de su valor mínimo del 36% en 2007 al 93% en 2013. Todo indica que su inflexión se producirá en 2017, habiendo sobrepasado con creces el 100%. Volver al 60% como exige la UE será una tarea ardua, pero hay que hacerlo y si comenzamos a ello pronto mejor. Segunda: Cumplir la Ley y nada de laxitudes. Tercera: mayor margen de actuación al ciudadano. Los españoles tenemos que ser dueños de nuestros destinos y para ello necesitamos la gestión de mayor renta disponible. El sistema fiscal español no puede conducirnos a la confiscación de nuestras rentas y patrimonios. Cuarto: Gratuidad del desempeño de los cargos elegibles en cualquier tipo de asambleas democráticas. Su correcto funcionamiento debiera generar indemnizaciones por compensaciones de gastos, pero nada más. Sin embargo los cargos ejecutivos y de gestión que ellas elijan, deben ser ejemplos de retribución y de asunción de responsabilidades de toda índole. Quinto: Mayores y niños. A éstos hay que garantizarles en cualquier caso la igualdad de oportunidades, sin que pueda aducirse para ese cumplimiento restricciones de ninguna naturaleza. No se puede ser cicatero con los otros, sí con su esfuerzo han hecho posible la construcción de España. Sexto: Ensalzar la meritocracia. Hay que recomponer sin tapujos los lazos entre esfuerzo y recompensa. Por eso hay que transitar en Seguridad Social al sistema de capitalización, ya que el sistema de reparto destruye la cultura del esfuerzo. Séptimo: el derecho de opción en la educación y en la sanidad. Fijémonos en Suecia y en Holanda respectivamente y actuemos sin ideologizar las soluciones a los problemas. Octava: razón Clemente. Por muy vasco y de Bilbao que sea el que fuese seleccionador de la selección, Clemente es un nombre español. Mi buen amigo Echevarría es de Santander. Tengo un íntimo amigo en Donostia que se llama Sebastián de todos los Santos y se apellida González.