Apuntes

Hasta cuándo

Ni las muertes por violencia de género son capaces de conciliar a los dos grandes partidos en una misma mesa en busca de soluciones

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Una veintena de mujeres muertas presuntamente a causa de la violencia machista no es suficiente razón, visto lo visto, para que los dos principales partidos de este país se dejen los dardos envenenados guardados en casa y busquen soluciones de manera conjunta para erradicar con eficacia esta lacra social. La violencia de género nos aleja de la imagen de sociedad civilizada y nos acerca a ideas primitivas, como aquellas que entendían a la mujer como un complemento prescindible del hombre, quien creía tener poder sobre ella en todas sus acciones y expresiones.

Si los dos principales partidos de este país sólo son capaces de cruzar reproches incluso cuando lo que está en juego son las vidas de las mujeres que ahora están siendo amenazadas, las que pueden estarlo en un futuro o las que dejaron de tener miedo porque sólo las lloran en los camposantos, es que ambas formaciones han olvidado por completo lo que es gobernar por sus ciudadanos.

Esos mismos ciudadanos que están cansados de vivir en medio de una permanente partida de ping-pong no quieren más comunicados, ni reproches, sino que sus políticos sepan tener esa conciencia de estado por encima de sus propios intereses partidistas.

A los estómagos de los ciudadanos les cuesta digerir que la muerte de una vecina de Jerez sea la excusa para iniciar un nuevo enfrentamiento televisado. Los gabinetes de prensa, con sus discursos mecánicos y enlatados, han sustituido al poder de las ideas que nacen con vocación de solución.

Apenas han pasado días de la muerte de Suárez, de ensalzar su espíritu de consenso, cuando la política nacional nos vuelve a recordar que ya sólo sabe manejarse en un lodazal.