Los agujeros de la crisis

El desempleo ha llevado a miles de gaditanos a buscarse la vida por otros derroteros. La imposibilidad de pagar los costes mensuales que supone la condición de autónomo los ha condenado a la clandestinidad. La economía sumergida es su principal sustento. La chapuza a domicilio, la pesca o los recados son algunos de los oficios que permiten a estas familias llegar con más pena que gloria a mediados de mes. La provincia de Cádiz suma más de 202.000 desempleados y arrastra una tasa de paro del 40%. Con estos datos de miseria no se entiende cómo no ha estallado una revuelta popular, sin embargo, la explicación la encontramos en la solidaridad familiar, en la economía sumergida y en el trabajo que hacen las organizaciones sociales. Resulta complicado atajar esta bolsa de fraude que genera la crisis. Se trata del fraude de los más pobres, de quienes no tienen nada y hacen de su habilidad para sobrevivir una virtud. La Subdelegación de Gobierno de Cádiz hizo balance ayer de las actuaciones realizadas en la provincia por la Comisión Anti-fraude en 2013 y anunció las intervenciones previstas para los próximos meses. La economía sumergida mueve en la provincia unos 5.800 millones de euros, de los que algo más de 2.000 son impagos de cuotas a la Seguridad Social. Todas las crisis generan fraude y lo peor de esta situación es el engaño calculado y premeditado. La Subdelegación de Gobierno anunció ayer que la Inspección de Trabajo tiene prevista más de 7.500 intervenciones en los próximos meses contra la mano de obra ilegal. Los funcionarios pondrán la lupa en sectores como el comercio y la hostelería, donde la llegada de la primavera y el verano favorecen la contratación irregular.