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Sociedad

Los roedores, las cucarachas y las chinches de la cama invaden España

El tráfico de mercancías y viajeros, junto al cambio climático hacen que estas especies ganen terreno en hogares, hospitales, geriátricos e industrias

MADRID. Actualizado: Guardar
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Decía la sabiduría popular que 'siempre habrá una araña a menos de un metro del cabecero de tú cama'. Sin embargo, las 'patilargas' han sido relevadas por otras especies de aspecto poco agradable y que, según los casos, también pueden inocular su veneno o aprovecharse del ser humano para alimentarse con su sangre, su comida o sus desperdicios. Y es que en la España del siglo XXI, los roedores, las cucarachas y las chinches de la cama son las plagas que más se han extendido en los últimos cinco años como consecuencia del crecimiento de las urbes, la globalización, el cambio climático, el incremento de los viajes o el tránsito de mercancías por el mundo.

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anecpla) que analiza la evolución del sector de servicios biocidas y de las plagas urbanas en España y Portugal, en el último quinquenio. De este modo, los roedores son para el 87,13% de las empresas españolas una de las especies más importantes en cuanto a la prestación de servicios, seguidas por las chinches de la cama (70,13%) y las tres especies de cucarachas habituales (germánica, americana y oriental). Si bien, los principales servicios prestados por las empresas de control de plagas en España son, por este orden, los servicios de desinsectación (prestados por el 92% de las empresas), desratización (90%), chinches de la cama (73%), tratamientos de madera -termitas y xilófagos- (71%) y legionella (67%).

De todas ellas destaca la vuelta de las chinches de la cama. Son las que han experimentado un mayor incremento, tanto en hoteles, como en hospitales y residencias geriátricas. Este fenómeno puede deberse al «tránsito de pasajeros y de mercancías», según apunta Milagros Fernández de Lezeta, directora general de Anecpla.

Al viajar a países del tercer mundo se duerme en camas que pueden estar contaminadas por estos insectos, «los llevamos en las ropas y las maletas hasta nuestros domicilios u otros hoteles donde nos volvamos a alojar». Además, las chinches llegan a España en el mobiliario importado, como son los cabeceros de cama, las mesillas de noche o demás enseres para el hogar.

Antes los tratamientos de desinsectación servían para exterminar varios insectos, «ahora son productos selectivos para una determinada especie». «Por otro lado, como la chinche de cama se consideraba erradicada tampoco se le prestaba mucha atención. Si uno sufría una picadura cuando dormía se pensaba que era de un mosquito o de una araña y no se miraba a fondo. Debido a todos estos factores pensamos que no se ha cuidado lo suficiente este tema y nos encontramos con un problema importante», explica Fernández de Lezeta.

En toda esta expansión de insectos, el cambio climático tiene mucho que ver porque «con una temperatura en aumento o una humedad mayor especies que no se encontraban cómodas en nuestro país ahora pueden desarrollarse al tener un medio más adecuado, independientemente de su capacidad adaptativa al medio», añade la experta.

Otras especies

Pero estas empresas también se emplean a fondo para luchar contra otras especies exóticas invasoras como el mosquito tigre, cuyas picaduras son más dolorosas que las del mosquito común o la avispa asiática y americana que terminan con las colmenas de abejas. Junto a ellas están el picudo rojo y negro que acaba con los palmerales, la periplaneta americana (cucaracha americana) o la cucaracha supella longipalpa, de origen africano, y conocida como la cucaracha de banda marrón, que es una de las últimas especies que amenaza con asentarse en España. Es rápida, trepa y hasta vuela.

Capítulo aparte son las cotorras argentina y de Kramer que están desplazando a gorriones y palomas. Estas aves han conseguido aclimatarse en España en parques y jardines, donde sus dueños las soltaron posiblemente cansados de sus graznidos. Además constituyen una auténtica amenaza para la salud debido a la suciedad que producen sus nidos y sus excrementos.

Por otra parte, Anecpla trabaja con el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) para elaborar un mapa que defina las zonas colonizadas por las termitas. El popular 'taladrillo' afecta especialmente a las construcciones localizadas en los cascos antiguos de las ciudades. Pese a su minúsculo tamaño causan pérdidas anuales cifradas en millones de euros, poniendo en riesgo la seguridad de los inquilinos. Además son causa de destrozo de enseres, puertas y ventanas.