CARTAS DE LOS LECTORES

Animales

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Iba caminando tranquilamente por la calle cuando un trágico suceso hizo que me detuviese: un gato intentó cruzar la carretera, pero antes de cumplir con su objetivo fue arrollado por un vehículo. El conductor, lejos de parar para comprobar el estado del pobre animal, continuó con su marcha sin aminorar la velocidad. Dos transeúntes y yo corrimos a intentar socorrerlo. Al llegar al sitio del 'accidente', lo recogí y lo llevé a la calzada. Sujetaba entre mis brazos al indefenso y ensangrentado gato. Agonizó durante cinco minutos eternos, hasta que su cuerpo quedó inerte. Casi en estado de shock abandoné el lugar, con las manos y las prendas llenas de sangre. Pensé en denunciar lo que había visto, ¿pero de qué serviría? Vivimos en un país en el que atropellar a un animal y matarlo no importa, no se castiga. Nadie va a la cárcel por asesinar a un animal. La gente sin remordimientos, que no sabe que son seres vivos, que sufren y padecen, por desgracia existe. ¿Pero qué iba a esperar de un país en el que se abandonan más de 150.000 animales al año (la mayor tasa de toda la Unión Europea)?

Hay muchas cosas que deberían cambiar, y probablemente tendrá que pasar mucho tiempo hasta que cambien. Vivo con la esperanza de ver algún día un mundo sin animales abandonados.