Mario Bocanegra feliz tras la resolución de la Audiencia Provincial. :: P. H.
EL PUERTO

Un ex de Delphi le gana la partida al Banco Santander

La sentencia de la Audiencia Provincial obliga a la entidad bancaria a devolverle los 15.000 euros que había metido en una cuenta a plazo fijo

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Mario Bocanegra es un extrabajador de la desaparecida factoría Delphi, y la primera persona en España que consigue una sentencia favorable de estas características.

Los hechos se remontan al año 2007, cuando Mario, después de cobrar la indemnización por el despido, decide ingresar 15.000 a plazo fijo en el Banco Santander en la cuenta de su hija, que por aquel entonces tenía 7 años.

Tras rechazar continuas propuestas para invertir en valores consigue lo que él suponía que era, una cuenta a plazo fijo. La sorpresa llegó cuando, un año después, pretende hacer uso de una cantidad de ese dinero y le dicen que se encuentra sujeto a una compra de inversiones y que si lo retira perderá el 50%. «Quién va a pensar que yo, trabajador desempleado, voy a invertirlo en un producto financiero de riesgo», relataba ayer el portuense.

Tras esta respuesta, Mario intenta ponerse en contacto con el banco en numerosas ocasiones, sin tener suerte. Hasta que, tras 3 años de cartas e emails, la entidad bancaria contacta con él para intentar venderle una póliza de seguro. «Con eso me decían que podría recuperar el dinero si las acciones iban bien, si no, tendría que pagar yo lo que se hubiera perdido», comentaba.

Tras rechazar la propuesta y volver a pedir la devolución de su dinero, puso en manos de abogados su caso, que fue resuelto favorablemente para el portuense en primera instancia y que se volvió a ratificar por la Audiencia Provincial, este pasado lunes. El juez sentenció que se le tendría que devolver el dinero ingresado, los 15.000 euros, más el 4% de interés por todos estos años.

Ahora, Mario se siente aliviado tras la resolución judicial y a la vez esperanzado para que este caso anime a otras personas que se encuentran en su misma situación. «Muchos compañeros están igual que yo, por ese motivo les pido que denuncien», aconseja.

«El camino no ha sido fácil -explica Mario-, te das cuenta de que para el banco somos un producto, las cartas le llegaban a mi hija y la catalogaban de minorista, con sólo 10 años».

Esta sentencia, aunque aún no sienta jurisprudencia, es la primera que se da en España por este tipo de circunstancias.