El Papa Francisco pronuncia la tradicional bendición 'Urbi et Orbi' en la plaza de San Pedro del Vaticano. :: OSSERVATORE ROMANO / EFE
Sociedad

El Papa pide sumar voces en favor de la paz

Critica la «codicia» y el «egoísmo» de los hombres y llama a la oración por las víctimas y los refugiados de conflictos como el sirio Francisco denuncia en su primer mensaje de Navidad el «sufrimiento» de inocentes en las guerras

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Papa Francisco quiso dedicar su primer mensaje de Navidad a todas aquellas personas, en especial niños, mujeres y ancianos, que son víctimas de las distintas guerras que asolan el mundo. Consciente de la repercusión de sus palabras en una fecha tan señalada e importante para el Cristianismo, Jorge Mario Bergoglio hizo un llamamiento para que creyentes y no creyentes sumen sus voces en una oración o un deseo de paz. El pontífice, que realizó la tradicional bendición 'Urbi et Orbi' ante una abarrotada plaza de San Pedro con 70.000 fieles, también denunció la «codicia» y el «egoísmo» de los hombres para «explotar» el planeta.

«Hermanos y hermanas de todo el mundo: ¡Feliz Navidad!». Con esas palabras Francisco inició su esperado mensaje desde el balcón central de la basílica de San Pedro. Esperado porque desde que Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el obispo de Roma y por tanto, máximo responsable de la Iglesia católica, aprovecha casi cada intervención o aparición pública para lanzar menajes de hondo calado. En esta ocasión, pronto dirigió sus plegarias a conseguir la paz en el mundo. «La verdadera paz no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura fachada, que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo», aseguró.

Francisco realizó un prolongado repaso por las zonas que actualmente viven un conflicto armado y que en muchas ocasiones no ocupan las primeras páginas de los periódicos. Conflictos olvidados como el de Sudán del Sur o Nigeria, donde al sufrimiento intrínseco que conlleva la violencia hay que sumar las pobres condiciones de vida para los más vulnerables, como niños, ancianos o enfermos. Pero también otras contiendas más mediáticas, como Siria, donde la situación es cada vez más dramática tras tres años de cruentos combates. Así, el Papa pidió el fin a la guerra de Siria que tanto dolor y padecimiento está causando al pueblo sirio. «Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria», en una clara referencia a las dificultades que las ONG están denunciado para poder acceder a las ciudades más castigadas por los bombardeos del régimen de El-Asad, como es el caso de Alepo en los últimos días.

El pontífice animó a sumarse a la oración «por la paz en Siria» a los creyentes, no solo católicos, sino de diferentes religiones. «No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz a Siria y al mundo entero». Francisco se refirió a la «a menudo olvidada por los hombres» República Centroafricana pero de la que el Señor «no se olvida» y deseó el fin de la «espiral de violencia y de miseria» que viven sus ciudadanos en un país donde muchas personas «carecen de techo, agua y alimento, sin lo mínimo indispensable para vivir». También tuvo palabras sobre la violencia desatada en Sudán del Sur y el conflicto interreligioso que azota y desangra Nigeria. «Protege a cuantos sufren persecución a causa de tu nombre. Alienta y conforta a los desplazados y refugiados, especialmente en el Cuerno de África y en el este de la República Democrática del Congo», afirmó Francisco en referencia a miles de cristianos que sufren violencia por sus creencias religiosas en países como Irak o Nigeria.

«Dirige tu mirada sobre los niños secuestrados, heridos y asesinados en los conflictos armados, y sobre los que se ven obligados a convertirse en soldados, robándoles su infancia», afirmó.

El Papa tampoco se olvidó del conflicto que sacude desde hace décadas Tierra Santa y que se encuentra en su enésimo intento de diálogo para alcanzar unos acuerdos de paz. «Bendice la tierra que elegiste para venir al mundo y haz que lleguen a feliz término las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos», aseguró.

El pontífice terminó su mensaje pidiendo que en esta Navidad los hombres «pierdan el miedo» a que el corazón se conmueva. «Lo necesitamos. Dejemos que se caliente con la ternura de Dios. Las caricias de Dios no hacen heridas y nos dan la paz y la fuerza que necesitamos», finalizó su discurso Bergoglio.