La OCDE recomienda al Gobierno rebajar aún más la indemnización por despido

El Ministerio de Empleo aguardaba al informe del evaluador independiente sobre la reforma laboral antes de llevar al Consejo de Ministros los cambios que quiere introducir en la misma. El informe ya se ha entregado y la conclusión es que a la OCDE -el evaluador independiente elegido por el Gobierno- le parece que quedan muchas cosas por hacer. En concreto, la OCDE recomienda al Ejecutivo español que rebaje aún más la indemnización por despido improcedente (la reforma ya redujo de 45 a 33 días por año trabajado hasta un máximo de 12 mensualidades) porque a pesar de la «importante reducción», dice el organismo, «sigue situándose entre las más elevadas de la OCDE».

Según el director de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, Stefano Scarpetta, hay que encontrar un «equilibrio» entre la protección al trabajador despedido sin que eso desanime a los empresarios a contratar porque les «dará miedo si las indemnizaciones son altas y preferirán contratos temporales».

Además, este organismo considera que hay que introducir ajustes adicionales en los expedientes de regulación de empleo (ERE) de manera que se reduzca el papel discrecional de los tribunales a la hora de declarar nulo un ERE. Antes de la reforma era necesaria la autorización administrativa; al eliminarse, los conflictos pasan directamente a los tribunales. Que los jueces decidan si los despidos colectivos son correctos o no ha introducido «más inseguridad» entre los empresarios», según la OCDE, y recomienda más «claridad» en las normas que regulan el despido y que se utilice la mediación antes de ir a los tribunales. Además, plantea que los despidos colectivos improcedentes se consideren como si fueran individuales, limitando la posibilidad de reincorporación del despedido a la empresa sólo a los casos de discriminación.

La OCDE también advierte de que el periodo de prueba en los contratos indefinidos en España es demasiado corto y no da tiempo al empresario a evaluar el rendimiento del trabajador, en especial, si es joven. Por eso, aconseja incrementar el plazo de prueba a los empleados fijos y pone como modelo los seis meses que existen en otros países. En España, ese periodo de prueba varía en función de la formación del trabajador y de la negociación colectiva, pero suele oscilar entre dos y seis meses.

La OCDE sí valora el contrato de apoyo al emprendedor que permite a las pequeñas empresas hacer contratos indefinidos con un año de prueba -si se despide al trabajador en ese periodo no se le abona indemnización-. En conclusión, el evaluador independiente aboga por lograr «una mayor convergencia entre los costes por la extinción de contratos indefinidos y los contratos temporales» y sugiere que «podrían retirarse algunos de los costes específicos de los despidos colectivos para el empresario introducidos por la reforma», en especial, los costes «por extinción ordinaria para las grandes empresas».

Por lo que se refiere a las prestaciones por desempleo, Scarpetta señaló que «España tiene prestaciones por desempleo generosas, pero el reto son las políticas activas». Advirtió al Ejecutivo y a las autonomías de que «se podría hacer más» en políticas activas y propuso vincular esas prestaciones a mantener una búsqueda activa de empleo y a la formación. «Hay que asegurarse de que los subsidios de desempleo y los servicios públicos de empleo son capaces de animar de forma rápida y efectiva a los parados a encontrar trabajo», señala el informe.

Impacto

En cuanto al impacto que ya ha tenido la reforma laboral en el mercado de trabajo, la OCDE considera que «ha animado a las empresas a aumentar la contratación indefinida alrededor de un 30%, ya que ha pasado de representar el 9,5% al 12,5%». En realidad, el porcentaje de indefinidos en 2013 es del 7,9% de media al mes; ese aumento sólo podría salir sumando el contrato de apoyo a emprendedores, de los cuales la mayoría no pasan del año. Según la OCDE, «cada mes se crean en torno a 25.000 nuevos contratos indefinidos gracias a la reforma (de los que hubiera habido sin ella), especialmente en empresas de menos de 100 trabajadores».

Frente a estas cifras, UGT replicó que no han aumentado en esa proporción los contratos indefinidos. «La media mensual en 2011 de contratos indefinidos y conversiones fue de 94.950, en 2012 pasó a 91.660 y en 2013 a 95.560. La OCDE dice 25.000 nuevos contratos al mes como podría decir cualquier otra cantidad», criticaron desde el sindicato.

Asimismo, UGT destacó que desde la entrada en vigor de la reforma laboral se han perdido 610.000 empleos; el número de trabajadores despedidos de forma colectiva ha aumentado un 42%; nueve de cada diez empleos perdidos han sido indefinidos (581.200 indefinidos frente a 82.300 temporales); y el porcentaje de contratos indefinidos sobre el total no solo no ha aumentado sino que es el menor desde 1997.