EL RAYO VERDE

ANDALUZAS ANTICIPADAS

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Disfrutemos aún del año sin elecciones que pronto termina. Aunque hasta hace poco todo era siempre precampaña, hemos pasado un tiempo inédito en el que los partidos están más dedicados a salvarse a sí mismos que a prometer el nirvana a sus fieles. La crisis interna a uno y otro lado no se ha resuelto, pero hay que ponerse a trabajar en la clave electoral, que el calendario aprieta.

Con enero llegará el frenesí de la precampaña de las europeas. Los nombres de los o las cabezas de lista será el primer paso, pero esta cita, unas elecciones que nunca han interesado a los españoles, tiene muchos más rasgos singulares: habrán de hacerse contra el viento del descrédito de la política y mostrarán un test más fiable de la correlación de fuerzas hoy, el panorama después de la batalla de los Gürtel, ERE y pugnas internas.

Entre tanto, en Andalucía se baraja ya el anticipo de las autonómicas. Todo hace pensar en el PSOE que el pacto con IU resistirá mal la confrontación en las urnas. En este sentido también será interesante observar cómo se desarrollan las europeas. Al emergente socialismo de Susana Díaz le conviene aprovechar la cresta de la ola tanto como frenar la ascensión de sus socios. El 'matrimonio de conveniencia' resulta cada vez peor avenido y aunque aún aguantará un poco más, nadie cuenta, salvo en las declaraciones periodísticas, con agotar la legislatura.

En este plan, al PSOE andaluz no le interesa esperar a las municipales, tras el varapalo recibido en las anteriores, porque una reedición de esos apabullantes resultados del PP-A, con todos los matices que se quiera, lastraría sus expectativas. De ahí que no sea ningún disparate pensar en febrero, el mismo 28 quizá, para aprovechar el tirón de la fecha. Un año y dos meses, pues. El tiempo que tiene también el PP andaluz para consolidar un líder que, a fecha de hoy, aún permanece ignoto.