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La ONU atribuye a Damasco la masacre de al menos 450 civiles

Un informe de la Comisión de Derechos Humanos también culpa a los rebeldes de crímenes de guerra al asesinar a 30 personas

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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A la espera de que la diplomacia intente evitar un ataque de Estados Unidos en Siria y mientras los líderes internacionales llevan semanas pidiendo negociación, pacto o «respuestas contundentes», la realidad en el país árabe se cuenta por muertos, por cientos de fallecidos. Así lo corrobora el último informe de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que fue presentado ayer en Ginebra y que atribuye al régimen de Bashar el-Asad la comisión de crímenes de guerra al perpetrar, entre el 15 de mayo y el 15 de julio, dos masacres de civiles en las que perdieron la vida al menos 450 personas, incluidos menores y mujeres. Una realidad que tampoco le es ajena al bando rebelde, al que se le atribuyen las mismas acusaciones al asesinar a 30 civiles.

«Las fuerzas gubernamentales y progubernamentales siguen realizando amplios ataques contra la población civil, perpetrando asesinatos, torturas, violaciones y desapariciones forzadas consideradas crímenes contra la humanidad», afirman los autores del informe, todos juristas de renombre internacional y bajo la coordinación del brasileño Paulo Pinhero. La comisión no recibió autorización para entrar al país pero sus veinte investigadores realizaron entrevistas -algunas de ellas a través de Skype- a 258 refugiados, desertores o habitantes de la región. Es el undécimo texto de estas características que elaboran en los últimos dos años.

Ejecuciones sumarias

El último, el conocido ayer y que se debatirá el lunes en Ginebra, documenta hasta ocho matanzas, atribuyendo todas salvo una al régimen de El-Asad. Las matanzas en Baida y Ras al Nabaa, dos reductos de simpatizantes rebeldes rodeados por localidades leales a Damasco.

En Baida, por un lado, entre 150 y 250 civiles fueron asesinados, entre ellos 30 mujeres «aparentemente ejecutadas», que aparecieron en una misma casa. Según el informe, los rebeldes no estaban activos en esta zona en ese momento.

Al día siguiente, ante las noticias del avance de las milicias, cientos de civiles intentaron huir sin éxito de la vecina localidad de Ras al Nabaa. «Mientras peinaban la localidad, capturaron y ejecutaron a civiles», afirma el informe, que añade que «la operación no se produjo en el contexto de una confrontación militar porque las fuerzas gubernamentales tenían pleno control de la zona». Según el documento, hubo entre 150 y 200 muertos.

Por otra parte, se constata un tercer ataque con 450 víctimas mortales, la mitad civiles, durante la ofensiva de las fuerzas gubernamentales y los combatientes del partido-milicia chií Hezbolá para recuperar la ciudad estratégica de Qusair.

La única matanza deliberada de civiles atribuida a las fuerzas rebeldes se produjo en junio en la toma de la ciudad de Hatla, en la provincia de Deir al Zor. «Se llevaron a cabo invasiones de hogares, asesinatos y ejecuciones sumarias (disparando a corta distancia) de muchos chiíes, de al menos 30 civiles», se asegura.