CÁDIZ

La Casa de Baños ya es historia

Las instalaciones cumplían una función social en Santa María al no disponer muchas viviendas de cuartos de aseoLa dependencia de la calle Concepción Arenal echa el cierre tras 55 años de vida

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La Casa de Baños es un local pintoresco que se encuentra en la calle Concepción Arenal, frente a la Cárcel Real y haciendo esquina con la calle Público. Un centro por el que han pasado muchos vecinos del barrio de Santa María y sus alrededores. Desde su nacimiento en 1958, ha cumplido fielmente con su función de dar aseo a aquellos que no disponían de una simple ducha en casa. Eran los tiempos de las posguerra y la dictadura, donde la infravivienda se comía a gran parte del centro histórico de Cádiz. Una época de casas de vecinos, 'partiditos', lebrillos en el 'lavaero', un único retrete y un sólo grifo para toda la comunidad.

Pero todo esto, por suerte, ha pasado a la historia. Desde ayer, esta dependencia municipal está oficialmente cerrada, aunque el candado se echó realmente el viernes, ya que actualmente no se daba servicio los fines de semana.

De lo que era la antigua Casa de Baños, ahora queda un local que tenía una treintena de duchas. En el recibidor, lucían fotos de vírgenes, un póster grande con la foto del papa Francisco y un cartel de fondo blanco y letras rojas con el aviso «tiempo máximo de ducha: 15 minutos». Dentro, los azulejos blancos y las puertas azules engalanaban un centro que, por su antigüedad, sufre los achaques propios de la edad.

Anecdotario

55 años dan para muchas historias. José Rodríguez, presidente de la AVV Las Tres Torres de Santa María, es vecino del barrio desde pequeño. Cuenta Rodríguez que «en la época en la que la Casa de Baños se fundó, tenía mucho sentido. Existía mucha infravivienda, pero por suerte se ha erradicado».

Recuerda el dirigente vecinal: «De joven yo me tenía que duchar allí. Vivía en una casa de vecinos y no teníamos ducha, como casi el 90% del barrio. En esos tiempos, la Casa de Baños tenía hasta una sala de espera. Teníamos que esperar todos los vecinos en los bancos de madera a que llegara nuestro turno. Además, nos teníamos que dividir para ir todos. Medio barrio iba por la mañana y el otro medio por la tarde».

Dentro del anecdotario popular en torno a la Casa de Baños, el historiador y escritor Julio Molina Font cuenta la historia protagonizada por el 'Telemaque', un estudiante de Medicina haitiano que hacía uso de este servicio. «Es una de las cosas que se contaban por Cádiz. La separación de las duchas no llegaba hasta el techo. Un día, se encontraron a este hombre asomado a la ducha de al lado para ver a la persona que se estaba aseando. Contaban que le gustaba mirar más a los tíos que a las tías y ese día se llevó una buena piña».

También recuerda Molina Font que uno de los perfiles del público que acudía a la Casa de Baños era «los pescadores que embarcaban en Cádiz. Cuando bajaban a tierra, iban a la Casa de Baños para poder asearse y salir de fiesta por la ciudad».

Eduardo Lumpié, antiguo vecino del barrio, más concretamente de la calle Jabonería, comenta cuál fue uno de los motivos de la apertura de la Casa de Baños: «El agua no llegaba bien a Santa María porque existía poca presión. En esa época el agua procedía del Tempul. A mi casa, que estaba en un tercer piso, no llegaba bien».

El día más concurrido, como apunta Lumpié, era el sábado, en el que «se veían grandes colas para poder entrar. Se cambiaban de muda ese día y aprovechaba para ducharse. Además, se recurría al dicho de 'sábado, sabadete...».

Otra estampa habitual era la de los hombres que se peleaban con sus mujeres y acudían a la Casa de Baños para ducharse. «Los veías por el Campo del Sur con la toalla debajo del brazo y ya decías: éste se ha peleado con la mujer y ya no puede ir por casa».

Por su parte, el teniente de alcaldesa, José Blas Fernández, recuerda de la época que «hubo un tiempo que en la Casa de Baños hubo hasta bañeras y los funcionarios se encargaban de pasarle el jabón y el champú a los usuarios, además de controlar el tiempo».

Otro uso de esta dependencia era para «las personas que llegaban desde la playa, que preferían darse allí una ducha con agua dulce y caliente», apunta.

Muchas historias se quedan en el tintero de una Casa de Baños que dio servicio a un barrio con muchas penurias. Felizmente, el progreso ha llevado a que los vecinos de Santa María puedan disponer de una ducha en su domicilio.