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Un nuevo Trudeau a la conquista de Canadá

El Partido Liberal elige como líder a Justin, heredero del primer ministro más carismático del país, para recuperar el poder perdido hace siete años

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Cuando Justin Trudeau (Ottawa, 1971) fue elegido por aclamación líder del Partido Liberal de Canadá, el pasado 14 de abril, advirtió resignado: no tardarán en lanzar una campaña contra mi. Tenía razón. Horas después de conocerse su triunfo recibió el desprecio del gobernante Partido Conservador: «Puede tener un apellido famoso, pero carece de la experiencia para ser primer ministro», dijo el portavoz Fred DeLorey. Al día siguiente, un sitio web patrocinado por la misma formación colgaba un vídeo en el que se mofaban del joven Trudeau.

Parece desproporcionado tanto interés por alguien que ni siquiera representa a la mayoría de la oposición, dirigida por los socialdemócratas, sino sólo al tercer partido de Canadá. Pero, primero la leyenda, y luego los números, engrandecen el símbolo que mantiene inesperadamente atemorizado al sólido Gobierno de Stephen Harper, en el poder desde hace siete años y con mayoría absoluta desde las elecciones adelantadas de 2011.

La leyenda que tanto asusta a los conservadores se llama Pierre Trudeau, padre de Justin y en cierto modo padre también de la actual Canadá. Dio al país orgullo, influencia internacional y glamour durante los quince años que lo dirigió como primer ministro. Convirtió en indiscutible la hegemonía del Partido Liberal entre 1968 y 1984 (sólo perdió unas elecciones, en 1979, pero volvió a recuperar el poder ocho meses después) y en ese tiempo consiguió romper la dependencia colonial con el Imperio Británico y aprobar la primera Constitución nacional, sancionó leyes de divorcio y aborto, despenalizó la homosexualidad, luchó contra el racismo.

Profesor en un colegio

Cuando se dice Trudeau, a secas, se habla de él. Brilló en la reuniones del G-7, pero también en las revistas del corazón durante sus ocho años de matrimonio con Margaret Sinclair. Una relación tormentosa de la que nacieron Justin, Alexander y Michel y que mantuvo a la sociedad canadiense de la época en el escaparate no siempre cómodo del papel couché. Con sobresalto se veían las fotos de la primera dama bailando en la discoteca Studio 54 de Nueva York mientras su marido hacía campaña electoral, o se cotilleaba sobre su romance con uno de los Rolling Stones.

Justin creció bajo los focos y domina la escena pública. En el funeral de su padre, en el año 2000, lo demostró con un emocionante discurso pronunciado en presencia de mandatarios de medio mundo -entre ellos Fidel Castro y Jimmy Carter- que acudieron a Canadá para dar su último adiós a un amigo y reconocieron en su hijo a un posible sucesor.

Sin embargo, durante años se mantuvo alejado de la alta política, implicado más en iniciativas sociales, causas solidarias, volcado en su trabajo como profesor en un colegio. Se casó con Sophie Gregoire, exmodelo y presentadora de televisión, formó una familia que ahora tiene dos hijos, Xavier y Ella-Grace. Hasta 2008 no dio el gran paso pero ya no ha parado. Fue elegido diputado y revalidó su escaño en 2011. El 2 de octubre de 2012 anunció su candidatura al liderazgo del Partido Liberal (PL) y acaba de conseguirlo a lo grande, con el 80% de los votos, el mayor apoyo conseguido jamás en la elección de un líder de partido.

El arrollador ascenso del joven Trudeau ha ido acompañado además de cifras que hasta ahora ningún político había alcanzado: en su campaña reclutó a 12.000 voluntarios y recaudó más de un millón de dólares de más de 7.000 donantes. Pero lo que más teme el partido en el Gobierno son los resultados de las últimas encuestas. A partir del día 15 de abril, el PL subió al 43% en la intención de voto, y dejó a los conservadores con un 30% y a los socialdemócratas hundidos en un 19%.

El reto ahora está en ganar las elecciones federales de 2015 y sustituir a Harper al mando del país. Una ambición para la que los analistas ven necesario más tiempo y experiencia. El Gobierno lo está haciendo bien, la economía crece y el desempleo disminuye. El PL tendrá que trabajar un programa claro que incida en el bienestar social y deberá dar una imagen de unidad, su punto débil ahora. Justin Trudeau no lo ocultó en su primer discurso el día de su elección: «Los canadienses nos han dado la espalda porque nosotros les hemos dado la espalda a ellos, porque los liberales hemos puesto más esfuerzo en luchar entre nosotros que en luchar por los canadienses».

voluntarios fueron reclutados por el joven Trudeau durante su campaña, en la que consiguió recaudar más de un millón de dólares de 7.000 donantes. Justin fue elegido líder del Partido Liberal, con el 80% de los votos, el mayor apoyo conseguido jamás en la elección de un mandatario.