Gunnlaugsson y Benediktsson, los ganadores de los comicios en Islandia. :: KRISTINN INGVARSSON / EFE
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Islandia devuelve el poder a los causantes del colapso económico

Los comicios legislativos otorgan un triunfo claro al centro-derecha y pasan factura a la gobernante coalición de izquierda por las medidas de ajustes

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La tradición ha vuelto a imponerse en las urnas islandesas cuatro años después del castigo que propinaron los electores a los conservadores por precipitar el colapso económico. El Partido de la Independencia, dominador de la escena política en las casi siete décadas de historia del país, ha regresado al poder tras cosechar el 26,7% de los votos y 19 escaños en el Parlamento. Su histórico aliado, el Partido del Progreso, logró igual número de asientos y un 24,4% de los apoyos, lo que apunta con toda probabilidad a una cómoda alianza de centro-derecha.

La peor cara de los comicios la tuvo que afrontar la coalición de izquierda que gobernaba desde 2009. Perdieron la mitad de sus votos, y la Alianza Socialdemócrata pasó de ser principal fuerza política a bajar al tercer puesto. Ni cambiando a sus impopulares líderes lograron revertir el batacazo que los sondeos adevertían desde hacía varios meses. En total, los socialdemócratas tuvieron que renunciar a 11 escaños al lograr tan solo el 12,9% de los sufragios y 9 diputados.

El gabinete dirigido por la primera ministra socialdemócrata Jóhanna Sigurdardóttir no fue capaz de llevar adelante ninguna de sus grandes promesas, como la reforma de la política de cuotas de pesca o la nueva Constitución impulsada por una iniciativa popular. La postura del Ejecutivo islandés en el litigio por las indemnizaciones a ahorradores extranjeros por la quiebra del banco Icesave y sus disputas internas, que provocaron que acabara la legislatura en minoría, tampoco ayudaron a aumentar su popularidad. «El Partido de la Independencia es convocado a sus responsabilidades», afirmó ayer el candidato de la formación, Bjarni Benediktsson, de 43 años, al reivindicar la jefatura de Gobierno. Entretanto, el centrista Sigmundur David Gunnlaugsson, de 38 años, se dijo dispuesto a colaborar con él. Quien será previsiblemente el próximo primer ministro habló de nuevas inversiones, crear empleo y de crecimiento económico, aunque se espera que el nuevo gabinete sea más moderado en su política liberal que sus predecesores en las décadas anteriores.

Euroescepticismo

Tanto el Partido de la Independencia como sus socios centristas se han visto impulsados en las urnas por el masivo descontento con el Gobierno, que pese a estabilizar las finanzas pagó los efectos sociales del duro programa de ajuste impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para rescatar al país.

Este resultado electoral alejará casi con seguridad a Islandia de la UE, ya que tanto los conservadores como sus aliados han defendido en campaña el fin de las negociaciones y la retirada de la solicitud de ingreso aprobada por el anterior Parlamento en 2009.

Los conflictos con Bruselas por el caso Icesave y el reparto de la cuotas de captura de caballa, además de la crisis del euro, han multiplicado el euroescepticismo de los islandeses. Prueba de ello es que casi dos tercios de la población se opone a la entrada a la UE.