Documentos. Entre los escombros se pueden ver informes. :: C. C.
Ciudadanos

Janer quiere salir del olvido

Han pasado 14 años desde que cerrara sus puertas a la formación militar y ayer Zona Franca comprobó su estado y estudiará cómo convertirlo en polígono industrial

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Como si despertara de un largo sueño e intentara desperezarse. Janer hace visible ahora sus heridas, aquellas que cayeron en el olvido y que en los últimos meses se intentan suturar con urgencia, para ocultar posteriormente sus cicatrices con una profunda operación de estética. Una intervención que lo que pretende es reconvertir el uso de este espacio, que hace tiempo dejó su pasado militar para caer en una especie de limbo.

Fue en el año 1999 cuando sus instalaciones dejaron de formar a los mejores especialistas en artillería naval y dirección de tiro. Su futuro está muy alejado de esa función, ya que lo que el Ayuntamiento pretende es que se convierta en un polígono industrial y comercial, que contenga equipamientos que faltan en la ciudad, como es el caso de una estación de autobuses, un hotel y una subestación eléctrica. Además de un edificio administrativo y de oficinas, así como naves.

Aún se tienen que fijar esos usos en un papel, en un proyecto. Ayer el alcalde, José Loaiza, junto al delegado de la Zona Franca de Cádiz, Jorge Ramos, visitaron su superficie para dibujar las líneas en su cuerpo, las partes por las que siguiendo con el símil se meterá el bisturí. Los terrenos ya son de Zona Franca, tras comprarlos a Defensa por más de seis millones de euros, y como buen cirujano ya sabe qué es lo primero que tiene y lo que no tiene que hacer.

Mientras se trabaja en la planificación de sus futuros edificios, ya se han solicitado al Ayuntamiento los permisos necesarios para el derribo de los inmuebles que aún están levantados en el lugar, con un aspecto desolador de abandono. Una situación que se quiere borrar a base de excavadoras. En definitiva, tirar esa ciudad fantasma por la que parece que ha pasado una guerra y que ha sido utilizada en los últimos años como campo de entrenamiento para militares, como se deja ver por la cantidad de casquillos de fogueo que hay en los pasillos y estancias de sus construcciones.

Sólo uno quedará en pie, o mejor dicho se tratará con una mayor atención, el que se encuentra nada más entrar, en el que estaban ubicados los mandos. Aunque no por su constitución jerárquica, sino por cimentarse sobre restos arqueológicos. En concreto, baterías defensivas de la Guerra de Independencia, por lo que se deberá someter a unas catas y excavación arqueológica, cuyo contrato ya ha sido licitado.

Si el derribo, la exploración arqueológica, la planificación y la llegada de informes sectoriales consiguen hacerse a tiempo, las obras para levantar el futuro polígono industrial comenzarían antes de que acabara el año. «Si no hay ningún tipo de retraso, el polígono será una realidad muy pronto. Claro que para ello es necesario que se cuente con la colaboración de otras administraciones como es el caso del Estado y de la Junta de Andalucía que esperamos que sean sensibles con las necesidades de San Fernando», dijo el regidor isleño. Por su parte Jorge Ramos aseguró que había recibido instrucciones del Consistorio «para que se preste atención a los restos arqueológicos. Lo que está claro es que Janer será lo que el Ayuntamiento quiera que sea y en ello se trabaja».

De ser una instalación referente al olvido, y del olvido a intentar convertirse otra vez en un espacio referente para San Fernando.