Un helicóptero traslada a los rehenes liberados ayer. :: AFP
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El PKK libera a ocho rehenes turcos y da un paso hacia el final del conflicto

El gesto de la guerrilla se enmarca en las conversaciones iniciadas en enero entre el Gobierno de Erdogan y el líder kurdo Ocalan

ESTAMBUL. Actualizado: Guardar
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La liberación ayer de ocho ciudadanos turcos secuestrados durante más de un año por el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) abre las esperanzas para una solución pacífica del conflicto kurdo. El PKK tenía en su poder a los rehenes -un político regional, un oficial de Policía y seis militares- en el norte de Irak y su entrega se enmarca en el proceso de paz iniciado por el líder del grupo terrorista, Abdulá Ocalan, con el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan.

Los ocho funcionarios, capturados en el sureste de Turquía entre julio de 2011 y agosto de 2012, llegaron cerca del mediodía al paso de Habur, en la frontera turco-iraquí, donde fueron esperados por dos helicópteros, además de varios blindados de la Policía. Su llegada a territorio turco se produjo entre grandes medidas de seguridad, lo que impidió que se encontrasen con la prensa. El dispositivo corresponde al deseo de las autoridades otomanas de no dar demasiada relevancia pública a la liberación para evitar que el PKK capitalice el gesto a su favor en la aún frágil conversación que mantiene el Gobierno con la guerrilla kurda desde enero pasado. Los rehenes, retenidos en los cuarteles generales del PKK en la montañosa zona del Kurdistán iraquí, fueron entregados a una delegación de diputados y miembros de organizaciones de derechos humanos turcas.

Según Baver Dersim, un comandante militar del PKK, la liberación se produjo por el «llamamiento del líder», en referencia al histórico fundador del grupo, Abdulá Ocalan, encarcelado cerca de Estambul desde 1999 e interlocutor del Gobierno en este proceso de paz. «Nuestro objetivo es contribuir a este proceso. Nunca tratamos mal a estos prisioneros ni los humillamos; liberarlos es un acto humanitario, no hubo regateo», aseguró Dersim en declaraciones a la agencia Firat, cercana al partido de los kurdos.

Una guerra de 33 años

El ministro de Interior, Muammer Güler, confirmó que los rehenes han pasado ya un control de salud y señaló que se reincorporarán a sus funciones militares y policiales, al tiempo que pidió que los secuestros «no se repitan». «Los partidos y las organizaciones que han participado en este proceso también deberían trabajar para acabar con el terror», añadió, en una clara referencia al Partido Paz y Democracia (BDP), cuyos diputados formaron parte de la delegación enviada a Irak.

Aunque la liberación se ha vivido como un importante gesto que muestra la voluntad del PKK, partidos opositores como el ultranacionalista MHP han criticado al Gobierno por «negociar con terroristas», según recogte Efe. Los familiares de los liberados que esperaban a sus seres queridos en el paso fronterizo de Habur tenían una visión diferente. «Uno es soldado, el otro está en los montes (guerrillero). Ambos, sean policías y soldados o estén en los montes, son hijos nuestros. Esta guerra lleva 33 años y debe llegar la paz; tienen que acabar ya con esta guerra», señaló Cemal Çeçen, padre de uno de los liberados.