Sociedad

48 veteranos eligen su segundo Papa

Arrancan las reuniones previas, claves en un escenario muy distinto al de 2005, cuando todos los cardenales eran novatos

ROMA. Actualizado: Guardar
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La cuenta atrás del cónclave comenzó ayer con la primera reunión de todos los cardenales, los que votan -electores- y los mayores de 80 años que se quedan fuera de la Sixtina. En las llamadas congregaciones generales se decide medio cónclave, aunque solo sea porque muchos cardenales no se conocen entre ellos y así confraternizan. Según el portavoz vaticano, Federico Lombardi, bastantes pidieron dossieres de sus colegas, y con foto, para saber la cara qué tienen. En la primera cita, a las 9.30, llegaron 142 de un total de 207. Pero de los que cuentan, los 115 electores que podrán decidir la fecha del cónclave en cuanto estén todos en Roma, según ha autorizado Benedicto XVI para adelantar los tiempos, faltaban 12 tardones. Entre ellos el español Rouco, junto a otros con viaje largo como un chino y un vietnamita. Se espera que lleguen hoy. La mañana se fue ayer en el juramento de silencio sobre lo que hablen y luego empezaron las intervenciones, un debate en el que cada uno dice lo que quiere. Esto marca mucho los aspirantes. Volvieron a reunirse a las 17.30 y así será toda la semana.

Hay un dato esencial en este cónclave con respecto al último: 48 cardenales ya participaron en aquella elección, son veteranos frente a 67 novatos nombrados por Benedicto XVI, pero es que en 2005 para casi todos -113 de 115- era la primera vez, porque el pontificado de Wojtyla duró 26 años. Quizá fue un factor que contribuyó a un cónclave rápido, de cuatro votaciones, en medio del vértigo de sustituir a Juan Pablo II y con un solo candidato fuerte bien arropado, uno de los dos únicos veteranos: Ratzinger. Siempre ha dicho que no quería ser Papa, pero en 2005 fue el protagonista absoluto de la sede vacante y controló todo, por su autoridad moral y porque era el decano del colegio cardenalicio, que dirigía las congregaciones e incluso prohibió a todos hablar con la prensa.

Exigen hablar de 'Vatileaks'

Ahora hay un clima distinto, muchas declaraciones por libre, autocrítica por todas las esquinas y ganas de plantar batalla a los esquemas precocinados en la Curia. Por ejemplo el grupo estadounidense, siempre el más moderno, hace ruedas de prensa. Ayer no se andaron por las ramas: «Claro que saldrá el tema 'Vatileaks' y haremos preguntas a los implicados», dijo el cardenal George, de Chicago. Otros muchos se han expresado en esta línea, como el sudafricano Napier: «Antes de tomar una buena decisión tendremos que tener información de 'Vatileaks'». Y añadió que deben discutir de la Curia y sobre la credibilidad de la Iglesia. O el brasileño Damasceno: «Deberán dar explicaciones y tendrá un peso en las votaciones». Entre estos cardenales no hay prisa por precipitar el cónclave, que se espera para el lunes día 11. Quieren tiempo para saber, hablar y reflexionar. Los de la Curia no.

Muchos piensan en un cónclave rápido, porque desde el 11 de febrero, cuando Benedicto XVI anunció su dimisión, se preparan las jugadas. Pero ya hay dudas, porque hay un bloque definido, el de la Curia, con una alianza de interés entre el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, y su predecesor, Angelo Sodano. Se odian, pero hay prioridades: mantener la barraca frente a ese deseo general de limpiar la Curia. Les apoya el exsecretario de Wojtyla, el cardenal Dziwisz. Entre todos aglutinan un buen paquete de votos de quienes les deben favores. El brasileño Scherer puede ser la apuesta curial, pactando como secretario de Estado uno de la vieja guardia, como el argentino Sandri.

Empieza a recordarse el cónclave de 1978 que eligió a Juan Pablo II con ocho votaciones. Entonces los dos bloques eran conservadores y progresistas, división que casi se ha desvanecido. En 1978 la pelea era entre Siri, tradicionalista, y Benelli, a quien, por ejemplo, el Opus Dei temía como un nublado. El empate dio salida a la idea de un gran veterano, el cardenal de Viena, Franz Konig: un tal Wojtyla, polaco. Y hubo guerra sucia. Esta semana se verán cosas raras seguro.