'El Paraíso', instantes después de ser colgado de nuevo en el Thyssen. :: S. BARRENECHEA / EFE
Sociedad

'El Paraíso' recuperado

La enorme tela pintada por el maestro veneciano hace cinco siglos se ha restaurado a la vista del público durante un año en el vestíbulo del museo La magistral obra con la que Tintoretto quiso medirse con Miguel Ángel brilla de nuevo en la 'Sixtina de Thyssen'

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Tintoretto pintó hace cinco siglos 'El Paraíso' con un ojo puesto en lo que Miguel Ángel hacía en la más famosa capilla vaticana, la que acogerá en breve un cónclave histórico. La pintura que el maestro veneciano concluyó hacia 1588 regresa ahora, con todo su esplendor recuperado, a su privilegiado emplazamiento en el vestíbulo de museo Thyssen-Bornemisza tras una primorosa restauración. Todo un hito para la institución que dirige Guillermo Solana, que recordó como con esta tela de más de ocho metros cuadrados «Tintoretto rivalizó con 'El juicio final' de Miguel Ángel en su representación de los círculos concéntricos de la Gloria». «Con la pintura de nuevo en su sitio podemos decir que el vestíbulo es nuestra pequeña Capilla Sixtina», aventuró.

La restauración ha sido posible gracias el apoyo de Bank of America Merrill Lynch, entidad que mantiene un ambicioso Proyecto Global de Conservación de Arte con grandes museos del mundo. Ni el banco ni el museo precisaron el coste de la restauración, fruto de un convenio que podría ampliarse. El mismo banco estadounidense financió para el Reina Sofía la restauración de 'Mujer en azul' de Picasso.

La gigantesca pintura de Tintoretto se sometió a un minucioso análisis que reveló detalles muy curiosos, como que los cientos de figuras se abocetaron, dibujaron y pintaron desnudas «en un alarde anatómico» y se «vistieron después con el pincel», según reveló Ubaldo Sedano, jefe de restauración del Thyssen. Se han retirado barnices oxidados, oscuras y densas capas de polvo y contaminación que ocultaban los ricos matices de un claroscuro genial. Se ha sustituido también un viejo y pesado bastidor de hierro por uno de madera que emula el original.

Se han corregido infelices intervenciones pasadas, repuesto pérdidas de pintura y afianzando la tela original, confeccionada con dos grande lienzos. «Hemos equilibrado el claroscuro y dotado de más profundidad al cuadro» explicó la restauradora Susana Pérez. Ha intervenido en «las pérdidas de pigmento, en la cicatriz central que une los dos lienzos y en unos repintes con material de mucha menos calidad que la original». «Tintoretto utilizó lapislázuli y polvo de vidrio entre otros materiales de alta calidad», dice.

«Las obras buenas se restauran fenomenal, con las malas es mucho más complicado» asegura la restauradora, que por primera vez ha trabajado a la vista del público junto a Alejandra Martos. Pasaron doce meses en una 'pecera' a la vista de todos, en un taller instalado en el mismo vestíbulo del museo. Las herramientas más avanzadas permitieron realizar antes macrofotografías, radiografías, reflectografías infrarrojas y análisis químicos.

La 'pecera' se situó apenas a una veintena de metros del emplazamiento original de la pieza a la que ayer regresó esta obra maestra de Jacopo Comin, nacido en Venecia el 29 de septiembre de 1518, muerto en la ciudad de los canales el 31 de mayo de 1594, consagrado como Tintoretto.

Reality

La restauración ha sido uno de los hitos en el 20 aniversario del museo, inaugurado en 1992. Guillermo Solana se refería a esta hazaña técnica como «un reality contemporáneo». Evocó los «teatros anatómicos» en los que los alumnos de medicina asistían en directo a las operaciones quirúrgicas de sus maestros. «Hemos conseguido una relación más íntima, casi física, entre el museo y los visitantes», se felicitó Solana.

Rodeados de un enjambre cámaras, casi una hora necesitaron los operarios para conducir la enorme tela de 169,5 por 494 centímetros y su nuevo bastidor en un viaje de apenas unos metros. Extrajeron la tela del 'box' de restauración situado en un lateral del vestíbulo y la condujeron con parsimonia a la pared fondo, donde fue izada con una carretilla elevadora y anclada, con ayuda de unos andamios, al muro que flanquean los retratos del Barón Thyssen y Tita Cervera.

Inspirada en 'El Paraíso' de Dante, es una obra de madurez del genio veneciano, el más apreciado tras Tiziano. Tintorettto la culminó con setenta años. Condensa todas las características de su estilo tardío, como el empleo de figuras más compactas y el uso del claroscuro que ahora se aprecia con todo su esplendor gracias a la brillante restauración. Tintoretto ejecutó el lienzo tras ganar el concurso para decorar la sala del Gran Consejo del Palacio Ducal del Dogo en Venecia. Destruida por un incendio que en 1577, podía acoger a más de un millar de nobles legisladores.