Trabajadores palestinos intentan entrar en el autobús de la nueva línea puesta en servicio por Israel entre el paso de Eyal y la ciudad de Tel Aviv. :: MENAHEM KAHANA / AFP
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Israel se atreve con la segregación palestina

Tel Aviv implanta dos líneas de autobuses solo para los trabajadores árabes que cruzan a diario el paso de Eyal

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Dos nuevas líneas de autobuses solo para palestinos comenzaron a circular ayer por Cisjordania, un servicio ampliamente criticado en Israel por organizaciones de derechos humanos, que acusan a las autoridades de imponer una política de 'apartheid' en los autobuses públicos. El Ministerio de Transportes alega, sin embargo, que los nuevos vehículos responden a una mejora del servicio y que ayudarán a descongestionar el resto de líneas.

El nuevo servicio de autobuses ha sido diseñado para palestinos de Cisjordania que trabajan en Israel y, según recogen varios medios locales, responde a las quejas y presiones de residentes de los asentamientos judíos, que aseguran que viajar en los mismos vehículos que los palestinos suponía un riesgo para la seguridad. «La segregación de los autobuses es otra característica de un régimen basado en la separación de residencia, movimiento y leyes según el origen de las poblaciones, y, como tal, acerca a Israel un paso más al 'apartheid'», denuncia el profesor de Derecho de la Universidad de Tel Aviv Aeyal Gross en las páginas del diario Haaretz.

Gross recuerda a Rosa Parks, la pasajera negra que en 1955 se negó a ceder su asiento a un blanco en un autobús de Alabama y que se convirtió en una importante figura del movimiento de los derechos civiles en EE UU, un personaje ampliamente recordado estos días en las páginas de la prensa local israelí. «Esos días han vuelto. Hemos vuelto a 1955 y, en efecto, a 1896 (fecha en la que el Supremo estadounidense rechazó una denuncia contra la segregación racial en los transportes públicos», escribe este profesor.

Ante el revuelo y las críticas que ha ocasionado el nuevo servicio, el Ministerio de Transportes israelí ha asegurado que los palestinos pueden seguir montando en todos los autobuses, y que los nuevos servicios lo único que hacen es sustituir «las líneas irregulares piratas que cobraban precios muy altos a los pasajeros palestinos», señala un comunicado. La medida, según la misma fuente, se ha tomado con el conocimiento y acuerdo de los palestinos, y se trata de «líneas ordinarias», no segregadas.

Sin embargo, el diario Ynet publicaba que sólo se ha hecho publicidad de estos nuevos autobuses en árabe y en localidades palestinas de Cisjordania, con folletos en los que se pedía a sus habitantes que utilizaran únicamente estas líneas para alcanzar el paso de Eyal, cercano a la ciudad de Qalqilya. Más de 4.000 trabajadores cruzan a diario este puesto de control, en su mayoría después de largos trayectos desde sus localidades de origen. Si no consiguen plaza en los vehículos pierden el día de trabajo.

«No podemos impedir el acceso (en las otras líneas) y no le pediremos a nadie que se baje del autobús pero, por lo que nos han dicho, a partir de la semana que viene habrá registros en el puesto de control, donde se pedirá a los palestinos que se suban a sus propios autobuses», señaló a Ynet un conductor de la compañía Afikim, la que opera en la zona.

Obligados a bajar

Cada día, más de 30.000 palestinos de toda Cisjordania cruzan a pie, en coche o autobús a Israel para acudir a sus puestos de trabajo. El diario Haaretz ya había informado en noviembre de que, cada vez más, muchos de estos trabajadores, pese a tener los permisos laborales en regla, eran obligados a bajarse de los autobuses y caminar hasta los puestos fronterizos por las quejas de los colonos, que consideraban que su presencia constituía un peligro para la seguridad.

El Ministerio, sin embargo, alega que las nuevas líneas pretenden descongestionar los abarrotados autobuses que conectan los dos territorios. Si esto es así, «¿por qué no simplemente añadir más líneas de autobuses para todos? ¿Por qué especificar para quién son?», se pregunta la periodista Mairav Zonszein en la revista digital +972.

«Esto es simplemente racismo. No se puede justificar este plan alegando motivos de seguridad o segregación», denunció a la Radio del Ejército Jessica Montell, directora de B'Tselem, el Centro Israelí de Información de Derechos Humanos en los Territorios Ocupados.