Un hombre rescata a una niña entre los restos del edificio atacado ayer por el régimen en Alepo. :: EFE
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El-Asad dice estar preparado para responder al ataque de Israel

El presidente acusa a Tel Aviv de intentar «desestabilizar» Siria e Irán sostiene que Damasco «dejará en coma» al Estado hebreo

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Bashar el-Asad necesitó cuatro días para ofrecer su reacción pública al ataque aéreo de Israel del miércoles. Las palabras de condena del presidente llegaron al mismo tiempo que las primeras imágenes del centro de investigación de Jamraya, a pocos kilómetros de la frontera libanesa, que Siria asegura fue el objetivo de los misiles hebreos y en el que murieron dos personas y otras cinco resultaron heridas. Los medios oficiales mostraron un edificio con impactos en sus ventanas y coches quemados en el aparcamiento. Los daños no parecen excesivos.

«Esta operación desenmascara el auténtico papel que Israel desempeña en colaboración con los agentes de países enemigos en suelo sirio para desestabilizar y debilitar el país», afirmó El-Asad, según un comunicado de la agencia Sana difundido tras el encuentro que mantuvieron en Damasco el presidente y Saed Jalili, máximo responsable del Consejo de Seguridad Nacional de Irán. Jalili viajó para escenificar el apoyo de la república islámica tras este ataque e insistir en «la necesidad de buscar una solución dialogada», para lo que volvió a mencionar la hoja de ruta de seis puntos propuesta por las autoridades de Teherán en diciembre.

Como ya han hecho el resto de dirigentes en los últimos días, El-Asad también subrayó que el Ejército está listo para hacer frente a «estas amenazas y agresiones». Mientras, después de 96 horas de silencio absoluto Israel también aprovechó ayer para confirmar oficialmente la operación, aunque la versión defendida por el Estado judío es la de un ataque contra un convoy de armas que el régimen sirio trataba de hacer llegar a la milicia libanesa de Hezbolá.

El ministro de Defensa hebreo, Ehud Barak, confesó que «este ataque confirma que cuando decimos algo, lo decimos con convicción. No pensamos que Siria debería tener permiso para introducir en Líbano armamento de última generación». Una alusión directa a ese convoy cargado de misiles SA-17 a los que hicieron referencia desde el primer momento las filtraciones de fuentes de la inteligencia estadounidense a cadenas como BBC o Al-Yasira.

En Irán, país que tiene un acuerdo de defensa mutuo con Siria para casos como este de agresión extranjera, el general Masoud Jazayeri, alto responsable de las Fuerzas Armadas, advirtió de que «la respuesta siria a la agresión dejará al régimen sionista en estado de coma» y adelantó que «la resistencia islámica» está concentrando sus esfuerzos «en la venganza».

Propuesta de la oposición

A medida que sobre el terreno crece la tensión entre vecinos, en los despachos se intensifican los contactos para intentar buscar una salida a la crisis en Siria, que está a punto de cumplir dos años y ha costado la vida a más de 60.000 personas, según el balance de la ONU. Por primera vez desde el estallido de la revuelta contra El-Asad, el líder de la oposición en el exilio se reunió con los ministros de Exteriores de Rusia e Irán, los dos socios más importantes del régimen. El jeque Moaz al-Jatib se desplazó a Munich, donde se celebró la Conferencia de Seguridad, y vio también al vicepresidente de EE UU, Joe Biden.

Al-Jatib fue elegido líder de lo que se podría denominar la oposición unificada en noviembre y la semana pasada dio un paso sin precedentes en la historia de la revuelta al abrir la puerta a un diálogo con condiciones con las autoridades sirias. «Estoy dispuesto a sentarme directamente con representantes del régimen sirio en El Cairo, Túnez o Estambul», señaló el jeque en su cuenta de Facebook. Las condiciones expuestas por el religioso son la liberación de los 160.000 presos políticos y la regularización de la situación de las personas que huyeron de los combates y ahora quieran retornar al país.

Este gesto le costó a Jatib la crítica de buena parte de sus compañeros de lucha, que siempre se han negado a sentarse en la mesa con el Gobierno.

El Ejército, entretanto, lanzó ayer un ataque con cohetes en la segunda mayor ciudad del país, Alepo. Un edificio de cinco plantas situado en el barrio de Al-Ansari fue destruido y al menos 15 personas perdieron la vida, según denunció el Observador Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG opositora.