Fernando Soto encarna al personaje de Sancho. :: LA VOZ
Sociedad

Fernando Soto: «Todos somos héroes, solo hace falta darnos cuenta»

El intérprete madrileño es el escudero de José Sacristán en 'Yo soy Don Quijote de La Mancha', la obra de teatro que llega mañana al Villamarta Fernando Soto Actor

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Fernando Soto (madrileño de nacimiento con familia gaditana) lleva dos décadas metiéndose en la piel de otros. Entre sus últimos trabajos destacan, en teatro, 'La Avería', dirigido por Blanca Portillo; 'Madre coraje' con el Centro Dramático Nacional o 'Don Juan príncipe de las tinieblas'. En cine ha participado en 'Miel de naranjas' de Uribe, 'Balada Triste de Trompeta', de Álex de la Iglesia; 'Celda 211' o 'Una palabra tuya', dirigida por González Sinde. En la tele se la visto en la exitosa 'Sin tetas no hay paraíso', entre otras varias. Hace meses le llegó el texto con el que muchos de sus compañeros de profesión sueñan. Sancho, el escudero de Don Quijote que en la dramaturgia de José Ramón Fernández está encarnado por José Sacristán. Mañana 'Yo soy Don Quijote de la Mancha' recala en el Villamarta de Jerez.

-Se presenta en Jerez como el escudero de José Sacristán...

-Es un orgullo trabajar con José Sacristán. Es un tipo muy humilde, un gran profesional. Nos hemos hecho muy amigos, él me quiere mucho, yo le quiero mucho, hemos establecido una complicidad dentro y fuera del escenario. Hemos logrado esa sintonía que existe entre Quijote y Sancho, como la de un matrimonio, tan pronto se quieren y se admiran o se pelean y discuten, son complementarios. Para mí es un placer, lo estoy disfrutando muchísimo y más ahora que le están viniendo tantos reconocimientos, aprendo mucho de unos de los mejores actores de nuestro país.

-¿Cómo ha encarado este papel?

-Hemos hecho un Quijote y un Sancho que tienen mucho de humano. Son muy payasos, uno es un soñador utópico que arrastra a un hombre de pueblo, práctico, que tiene la sabiduría popular, que siempre está pensando en las consecuencias, sobre todo las económicas, que le van a traer las cosas. A lo largo del viaje, las filosofías de ambos personajes se van mezclando: Sancho se va quijotizando y al revés. Arrancan como dos grandes seres humanos y al final del viaje son, sencillamente, dos seres humanos más que a través de la experiencia han llegado a una serie de conclusiones que no puedo desvelar.

-En una historia de valores como ésta, ¿dónde bucea un actor para preparse este papel si los tiempos que corren no son precisamente los más humanos?

-En los tiempos que hoy vivimos parece que es difícil sonreír, ser optimista o intentar seguir hacia adelante. Es algo que todo ser humano tiene, que es una gran capacidad de bondad. Lo único, que yo creo que la sociedad ha enfermado bastante, o nos han hecho enfermar y no nos damos cuenta de que a veces es muy sencillo hacer un acto de bondad con quien tienes enfrente. No creo que sea difícil encontrar un espejo en el que mirarse porque eso está, confío en el espectáculo y en el ser humano. No pretendemos hacer dogma ni panfletos, simplemente aspiramos a proponer al espectador que cuando salga del teatro piense, se haga preguntas y, por lo menos, intente ser bueno y poner buena cara a este tiempo. Sé que no es fácil porque es una época muy difícil, por ejemplo en la cultura. Pero yo soy de la opinión, como el Quijote, que aunque caigas, te tienes que volver a levantar. Por lo menos luchar.

-¿Es Don Quijote un héroe?

-Para mí sí. Creo que para todo el mundo, aunque un héroe muy especial. Es un héroe del día a día, como el que se va de voluntario a África o ayuda en un asilo, o tú mismo en tu vida diaria cuando haces algo por alguien sin esperar nada a cambio. En ese sentido Don Quijote es un gran héroe y ese es el mensaje de esta obra, que todos podemos ser como él.

-¿Son los héroes una especie en extinción?

-Quiero pensar que no. Es cierto que hay mucho villano, pero creo que todos nacemos con esa capacidad de heroicidad, simplemente hay que ser consciente de ello y despertarla. Quiero creer que el héroe no está en extinción porque si no sería terrible, una gran tristeza.

-Han repetido que 'Yo soy Don Quijote' no es una versión más de la novela de Cervantes, es un reto muy difícil teniendo en cuenta que su texto es una catedral en la historia de la literatura.

-No es una versión más porque yo con José Ramón ya he trabajado varias veces y es un tipo muy inquieto que trabaja mucho en los textos, en la documentación. Lo que ha hecho es componer el puzzle con varios personajes. Y hay una parte metateatral de los actores que están haciendo el Quijote en la que se nos ve a nosotros. Es una versión muy personal de José Ramón. Todo esto lo hemos afrontado con mucho entusiasmo porque sabíamos que estaba fraguando algo bello y que nos iba a aportar cosas buenas. En cuanto a los ensayos yo lo comparo con una carretera recta, que es muy fácil transitar por ella. La parte más complicada ha sido aprender el castellano antiguo, pero por lo demás ha sido todo fabuloso.

-Se lo habrán preguntado ya, pero es que usted es un actor todoterreno, ¿con qué medio se siente más cómodo?

-Me siento bien en todo, mientras los proyectos sean interesantes. En este sentido creo que he tenido mucha suerte. Me siento bien siempre que me lo tomo como un juego y como un trabajo que me pueda aportar algo como persona. Este papel, o el de 'La avería', o el de 'Celda 211' son una maravilla. Para mí cualquier medio es bueno y creo que deberíamos valorarlo por igual en este país. Por ejemplo, hay gente que hace muy buena ficción en la tele. Al cine hay que cuidarlo más y el teatro, que parece que ahora está resurgiendo.

-A Pepe Sacristán le han nominado ahora para los Goya, ¿cree que el cine español ha estado equivocado durante medio siglo?

-No, yo lo he hablado con él y nunca ha sentido rencor. Su trabajo es reconocido en la medida en que ahí está su obra. Es increíble cómo la gente le respeta y quiere y él es una persona muy humilde. Su mayor premio es tener 75 años y subirse a un escenario o ponerse delante de una cámara.

-Y a usted, ¿en qué lugar deja a los premios que recibe o los que estén por venir?

-Bueno, el día que te los dan estás muy bien porque te sientes muy querido. A mí no me preocupa, pero me halaga. Mientras sirvan para motivar y potenciar bienvenido sean. Si son para engrandecer el ego de cada uno de nosotros no me interesa para nada.