Sociedad

Un tortuoso camino

Centros de investigación o instituciones de referencia en el mundo, como la ONT, buscan soluciones para salir de la crisis

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Los centros de investigación han sufrido en los presupuestos de los últimos años continuos recortes. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha perdido casi tres de cada diez euros en subvenciones. Los investigadores españoles aseguran que se van a perder años de trabajo si el Ejecutivo central y los gobiernos autonómicos no apoyan el I+d+i. «El futuro económico está ahí», reclamaron hace unos días en manifestaciones por todo el país.

El caso del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) es un caso paradójico en la crisis que vive la ciencia en España. Durante 2011, el complejo valenciano fue el ejemplo de cómo los políticos se desentendían de ella. La Generalitat financió este centro, que abrió las puertas en 2005, con el objetivo de convertirse en uno de los centros de referencia. Se produjeron avances, sobre todo en trabajos con células madre para tratar el párkinson o el alzhéimer.

Pero los costes se fueron disparando; las líneas de trabajo y la dirección de Rubén Moreno se pusieron en cuestión y llegó la crisis. La estructura del CIPF era demasiado grade -como ya se había anticipado en su momento- y había que adelgazarla. La Generalitat rebajó de 9 a 4,4 millones su presupuesto de 2011 y se despidieron a 114 trabajadores. Se perdieron 14 líneas de investigación y financiación, ya que algunos de estos proyectos venían acompañados de dinero privado.

El Príncipe Felipe estaba herido de muerte, hasta que este año ha comenzado a brotar algún brote verde. Pequeño, pero prometedor. Se han ido generando ingresos con el alquiler (bastante barato) de ciertas partes del complejo y el nuevo programa estratégico 'El valor de la ciencia' comienza a funcionar. El CIPF no será tan ambicioso como se pretendía, pero ahora tiene un camino claro. Cerrará 2012 con beneficios y se han contratado a 65 personas, 28 de ellas provenientes del anterior ERE. «El CIPF será más sostenible, eficiente y productivo», aseguró Joaquín Dopazo, su director científico.

El doctor Rafael Matesanz ha preferido pecar de precavido que verse atropellado por la crisis. El director y fundador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) quiere hacer unos pequeños cambios en las unidades especializadas que existen en España para adecuarlas a los nuevos tiempos. El mecanismo es optimizar al máximo los trasplantes y sus condiciones. En este sentido, el doctor Matesanz puso sus ojos en las unidades coronarias. En España hay repartidos 20 centros de estas características que, sin embargo, carecen de demanda. Según la ONT, hay una lista de espera de unas 80 personas. Esto significa una ratio muy baja para que el baremo coste-eficiencia sea adecuado.

En los próximos meses se hará una evaluación para reducir el número de centros y, de esta manera, redistribuir las funciones. Aseguran desde la ONT que no se perderá el liderazgo mundial. Además, 2012 se cerrará con un ligero descenso pero con el récord mundial de haber conseguido 36 operaciones en una jornada. Fue el 26 de junio y se realizaron 22 trasplantes de riñón, 11 de hígado y 3 de pulmón.

Las cuentas no cuadraban en el CSIC. Desde hace años se llevan recortando las partidas estatales. Se han perdido unos 500 millones desde 2009, pero se tiraba de remanentes para seguir sobreviviendo. Ahora la caja se ha quedado vacía y hay que seguir sobreviviendo. Con una deuda de 147 millones, el presidente de la institución, Emilio Lora-Tamayo, presentó un informe al Consejo Rector de la entidad para intentar ahorrar unos 50 millones anuales.

El plan abarca todo tipo de actividades: ninguna contratación de nuevos becarios, revisión de los profesionales que quieran volver al CSIC y, si lo hacen, tendrá que ser con un patrocinador que aporte dinero; alquiler de espacios, bajar los gastos corrientes y adelgazamiento de las líneas de investigación para quedarse con las primordiales. El CSIC cuenta con casi 13.000 trabajadores y 126 centros de investigación repartidos por toda España.

Al igual que el CSIC, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas se ha visto en la tesitura de tener que buscar en serio la financiación privada. El patronato de este centro aprobó un plan para ahorrar al año 3,3 millones hasta 2016 en aprovisionamiento, personal (contención en las nuevas contrataciones) y otros gastos de la actividad. Al mismo tiempo se contempla un incremento en los ingresos gracias a los patrocinios y a una mayor actividad del programa clínico. «Con estas medidas se pretende conseguir que el déficit reflejado en las cuentas de los últimos años (que alcanzó un máximo de 3,1 millones en 2008 y que se prevé que sea de 1,1 millones en 2012) cambie de signo a partir de 2013 y que en 2016 las cuentas del CNIO reflejen un saldo positivo de algo más de 2 millones», apuntaron desde la Secretaria de Estado de I+D+i.

Además, el actual equipo dirigido por María Blasco cree que el mal momento económico del CNIO se debe a un crédito de 40 millones pedido por los anteriores gestores, encabezados por Mariano Barbacid, para diferentes programas como las terapias experimentales que se van a poder pagar gracias a los recortes en otras áreas.

El público en general desconocerá que el segundo laboratorio subterráneo más grande de Europa está en Canfranc (Huesca), a más de 800 metros de profundidad. Allí se investiga sobre la materia oscura, aquella que no emite suficiente radiación electromagnética para ser detectada con la tecnología actual, y que, en teoría, ocupa el 23% del universo. Este centro, un consorcio entre el Ejecutivo central, el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza, ha sufrido dos recortes de un 40% en las partidas de 2012 y 2013 procedentes de Madrid. El Consejo de Ministros de viernes 21 de diciembre decidió dejar la aportación estatal en 2,1 millones, lo que ralentizará los programas aunque no se anulan líneas de investigaciones. En este centro trabajan 12 personas.

Por otra parte, el Gobierno también ha retrasado la entrada en funcionamiento de la plataforma oceánica de Canarias. Ahora, prevé su inauguración en 2014, un año más tarde de lo previsto porque el Estado ha decidido dar el mismo dinero en más años, mientras que el Gobierno de Canarias mantiene la financiación establecida.

Otro convenio que se modificó en ese Consejo de Ministros fue el del Ministerio de Educación con la Junta de Castilla y León. Ambas administraciones reducen su presupuesto para el Centro de Láseres pulsados ultracortos ultraintensos de la Universidad de Salamanca. La aportación de Educación será un 1,7% menor y se situará en 350.000 euros para el año 2012. También pierde dinero el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana. En este caso, el Ministerio de Economía y Competitividad dejará de pagar 679.987 euros entre 2012 y 2016, año que concluye el convenio con la Junta de Castilla y León para este centro que está en Burgos.