PAN Y CIRCO

GRANDE FLORES

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Aún recuerdo a aquel canterano en su primera entrevista. No quería ponerse junto a la foto de Abraham Paz, «no se vaya a enfadar, yo todavía no soy nadie», y temía que se malinterpretase la comparación. Pues por suerte, ni comparación. Seis años y medio después de aquella primera charla, José Manuel Flores Moreno 'Chico' alcanza la plena madurez en la Gran Bretaña, en Gales. Este gaditano, 'de Cadi, Cadi', de la Barriada de la Paz, es un baluarte en el equipo de moda de la Premier inglesa, el que dirige Laudrup y donde golea Michu. Él, como siempre, sin hacer ruido.

Porque se ha labrado una carrera en este mundo tan complejo golpe a golpe, a fuerza de sudor y lejos de los focos, huyendo del protagonismo. Sin más padrino que una madre a la que siempre le guardó devoción, y apartando de su camino la maleza que podía entorpecer su paso y hacerle tropezar, Chico se ha hecho grande gracias a un valor que ha escaseado por aquí en los últimos años: la valentía. Cuando le dieron la patada (Jose y García Remón no lo vieron tan claro), se resistió a echar la vista hacia atrás. Mirada al horizonte, hacia adelante. Al Portuense, Barça B, Almería, Génova, Mallorca y ahora Swansea.

Corredor de fondo más que velocista, maratoniano con muchos kilómetros por recorrer, fue elegido en el 'Boxing Day' en el once de la jornada en la liga inglesa. El mismo chaval que ayudó a Manolo Santander a sacar del pozo al Cádiz en aquel anuncio 'chungo' pero con la esencia de esta ciudad. El que se colaba con el radiocasette en el vestuario para que el hundido filial de Calderón volteara la historia. El que se paseaba en batín por el 5 estrellas de Benalup. El que un día demostró que pese al 'Non plus ultra', el mundo no acaba en Cádiz. Muchas metas le esperan, entre ellas la 'Roja'. Paso a paso, así ha llegado Chico Flores. Grande Flores.