La administración de lotería de la plaza Los Porches fue asaltada la semana pasada. | FRANCIS JIMÉNEZ
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Los dos sospechosos de haber cometido los últimos atracos suman decenas de antecedentes y condenas

La Policía podría imputarles el robo de la administración de lotería de la plaza Los Porches de Cádiz

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Cualquier policía en prácticas que dé sus primeros pasos profesionales en la Comisaría de Cádiz aprende rápido una primera lección: la delincuencia común en la capital gaditana siempre lleva las mismas firmas. De ahí que cada vez que se produce una racha continuada de robos en un corto periodo de tiempo, una de las primeras diligencias policiales que se realizan es saber cuáles de esos delincuentes conocidos están en prisión o en libertad, para ir descartando sospechosos. Y esta última sucesión de atracos en la capital no ha sido una excepción ni tampoco es fruto de la crisis. Los dos sospechosos que pasaron su tercera noche en los calabozos, tras ser arrestados el domingo al mediodía después de un último golpe en la calle San Francisco, acumulan decenas de antecedentes y condenas por hechos similares. Uno de ellos hacía poco tiempo que había salido de prisión y volvió a las andadas. Nuevamente el objetivo de la reinserción social en determinados delincuentes queda en entredicho.

Una estirpe en la cárcel

A Charly le siguen dos apellidos que son sinónimo de delito en Cádiz cuando van ligados por unos lazos familiares salpicados de detenciones y condenas: Sastre Pérez. Este individuo pertenece a una estirpe de delincuentes que entre todos suman más de 200 arrestos. Fuentes policiales confirmaron a este medio que este individuo -uno de los dos sospechosos detenidos por la Policía el pasado domingo- ya protagonizó a principios de la década pasada una oleada de robos violenta en la capital. Por esos hechos cumplió varios años de cárcel hasta que recientemente salió en libertad.

Ayer el Grupo de Delincuencia Urbana II de la Comisaría Provincial ultimaba las diligencias antes de entregarlas al juez junto a los dos sospechosos. Los agentes han decidido apurar el plazo legal máximo de detención. Aún está por confirmar cuántos robos les imputan además del asalto a una barraca de la calle San Francisco.

Carlos (o Charly) Sastre Pérez tiene otros tres hermanos que le van a la zaga. Han llegado a coincidir todos en la cárcel. Además, un primo de ellos (Agustín Pérez Sastre) está a la espera de juicio por la muerte de su tía; unos hechos que ocurrieron en marzo del año pasado en un domicilio de la calle Barbate.

Los gemelos Granja

El segundo detenido que en las próximas horas comparecerá ante el juez es otro delincuente común de largo historial. David Granja Sánchez también es muy conocido en la Comisaría Provincial porque ha sido detenido más de una docena de veces. Al igual que su supuesto compinche, se había especializado en robos violentos, en los que no duda sacar armas para amedrentar a sus víctimas. También fue protagonista años atrás de sucesiones similares de asaltos en comercios; si bien, a diferencia de Charly llevaba más tiempo en libertad sin que aparentemente hubiera vuelto al 'negocio'.

En anteriores ocasiones había caído junto a un hermano gemelo. Fuentes consultadas por este periódico desconocían qué les había movido a unirse un Sastre Pérez con uno de los gemelos Granja para cometer presuntamente una sucesión de atracos, que llevan la firma de estos dos delincuentes. Ambos se conocen desde hace años y son vecinos de la barriada de Guillén Moreno, donde la Policía efectuó registros en sus domicilios el pasado lunes.

Las detenciones de estos individuos, que han demostrado que los largos periodos en prisión no les han servido para reinsertarse en la sociedad, confirma que esta última sucesión de robos violentos no estaba siendo empujada por los efectos de la crisis. Los repuntes que sufre la capital en este tipo de delitos siempre vienen acompañados de la puesta en libertad de algunos de estos delincuentes comunes o por la acción de alguna banda organizada de fuera.

Pese a los niveles insostenibles de desempleo y los efectos devastadores que está teniendo la crisis en las familias, con un aumento alarmante de aquellas que recurren a la caridad para conseguir alimentos, esta situación no ha elevado los niveles de delincuencia contra el patrimonio. En la última memoria de la Fiscalía de Cádiz se volvía a insistir en que no hay evidencias de un aumento de delitos ligados a la crisis en esta zona; a excepción del narcotráfico o el contrabando.