Pierluigi Bersani introduce su papeleta en la urna de un colegio electoral situado en Piacenza, localidad en el norte de Italia. :: ALESSANDRO GAROFALO / REUTERS
MUNDO

Bersani vence las primarias del PD

El nuevo líder del centroizquierda italiano derrota a Renzi y se convierte en candidato a ser primer ministro

ROMA. Actualizado: Guardar
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Pierluigi Bersani, secretario general del Partido Demócrata (PD) y favorito en las primarias celebradas ayer, venció de forma muy clara -con el 60% de los votos- a su rival, el alcalde de Florencia, Matteo Renzi, según los últimos datos con el 77% escrutado. Hubo una participación algo inferior a los 3,1 millones del primer turno, hace una semana, pero se confirmó el éxito de la iniciativa. Bersani será por tanto el candidato del centroizquierda en las elecciones generales de Italia de primavera. Dado que las encuestas indican al PD como ganador, es probable que estemos ante el próximo primer ministro y de ahí la expectación que reinaba ayer, más alla del partido. No obstante, son unas elecciones convulsas y llenas de incógnitas, que además pueden dar a Bersani una victoria sin mayoría absoluta y obligarle a pactar, lo que puede alejarle de la presidencia del Gobierno. Por eso deberá ahora volcarse en captar nuevos votantes, en medio de la gran indecisión imperante, para lograr un triunfo suficiente. Sobre todo debería aprovechar el derrumbe de Berlusconi y el centroderecha para atraer un votante de centro y moderado. Precisamente lo que mejor hacía Renzi y ahora le queda pendiente a él.

Bersani, de 61 años, licenciado en Filosofía y varias veces ministro con Romano Prodi desde 1996, ha pasado toda su vida en el Partido Comunista (PCI), en sus sucesivas evoluciones. La última, el PD, surgido en 2007 de la fusión con fuerzas de centro progresistas, es un intento de crear una gran formación socialdemócrata y reformista que aspira a gobernar en solitario y sin necesidad de alianzas. En su estreno, en 2008 y con Walter Veltroni, no tuvo éxito. Esta será, por fin su gran oportunidad. Como ministro de Desarrollo Económico en 2006, Bersani fue el primero en intentar una gran reforma de liberalizaciones en Italia, que se quedó en nada por la debilidad de aquel Gobierno, una coalición de hasta ocho partidos. Por cosas como esa nació el PD.

Bersani debería dar una respuesta a la crisis, respecto al actual Gobierno técnico de Mario Monti, corregida y virada hacia lo social y el crecimiento. De puertas afuera y pensando en la prima de riesgo, es considerado serio por la comunidad internacional. Y tal como está el patio en Italia puede ser el único. El primer ministro será él o, si sale un Parlamento fragmentado, otra vez Monti. La gran misión de Bersani, de hecho, es impedir que repita.

El perdedor de la noche, Matteo Renzi, un joven de 37 años que es la revelación de la política italiana, reconoció su derrota a los quince minutos del cierre de los colegios. En Twitter, como es marca de la casa: «Era justo intentarlo, ha sido bonito hacerlo juntos. Gracias de corazón a todos». Renzi era el que mejor funcionaba como imán para el votante ajeno al PD, por su ideología liberal y su catolicismo, por su juventud y su cruzada por renovar la clase política y extirpar sus vicios, empezando por su propio partido. Los estudios de voto revelan que un tercio de sus apoyos venía de electores de la derecha y del movimiento de protesta 5 Estrellas (M5S) del cómico Beppe Grillo.

Los últimos días las dos almas del partido se han combatido ferozmente, con una pelea por las reglas que impedían votar ayer a quien no lo hizo en el primer turno. En teoría, nuevos votantes favorecían a Renzi, que ha subido como la espuma y ha sido descubierto fuera del partido, mientras las primarias al principio eran vistas por el resto como una cosa para la gente del PD. Renzi hizo una guerra con esto, para que se cambiaran las reglas, pero al final solo fueron aceptadas 7.094 peticiones de nuevo voto de las 100.000 recibidas. Los expertos apuntaban ayer que su agresividad en esta polémica le ha perjudicado. Sin embargo, Renzi salió ayer a cerrar filas y hacer autocrítica con franqueza.

En cualquier caso las primarias del PD han sido un éxito. Han acaparado toda la atención política y mediática, como si en realidad se decidiera ya el primer ministro ante la falta de alternativa. El partido de Silvio Berlusconi se halla en un caos total, sin saber aún si él será o no su candidato, porque cada día dice una cosa, y si organizará sus propias primarias, que se arriesgan al ridículo. La gran afluencia a los comicios del PD, con 100.000 voluntarios, abiertas a todos los italianos y con un clima de pluralismo y competición auténticos han dejado un buen sabor de democracia que en Italia en estos momentos es impagable.