Familiares y amigos ayudaron a limpiar la habitación de escombros | C. R.
sucesos

Se desploma el techo de una vivienda por las fuertes lluvias

Los tres miembros de la familia que viven en el número 5 de la calle Cabezo se encontraban en la planta baja, por lo que ninguno resultó herido

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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Sobre la una de la madrugada del sábado, Mari Carmen Moreno, Juan Andrés del Hoyo y su hija de 22 años, Cristina, vieron rota la tranquilidad de su salón con el fuerte estruendo que provocó el desplome del techo de una habitación de la planta de arriba de su vivienda, el número 5 de la calle Cabezo, junto a la Plaza de España.

A pesar del sobresalto, ninguno resultó herido cuando la cubierta de la habitación de otra de sus hijas, residente en Santander, cayó de una sola vez hecho añicos, inundando la estancia de escombros casi a una altura de un metro.

Inmediatamente, la familia recurrió a la Policía Local, quien dio aviso a los Bomberos. Estos últimos abrieron una salida para el agua de lluvia que seguía entrando en la habitación.

Después de una noche sin descanso, Mari Carmen, José Andrés y Cristina tuvieron que esperar la llegada de personal técnico de la Delegación Municipal de Vías y Obras para realizar un primer balance de la situación. Así, procedieron a apuntalar la habitación contigua a la afectada y la que ocupa el mismo espacio en la planta baja. El techo de esta última se había agrietado con el derrumbe y no dejaba de filtrar el agua que seguía cayendo desde arriba. Además, el Ayuntamiento también puso a su disposición una cuba y el delegado de Vivienda, Andrés Núñez, así como la responsable de Urbanismo, Marisol Ayala, visitaron a la familia y les ofrecieron alojamiento en un hostal cercano, una cita con la asistenta social y vales de comida.

Sin recursos para solucionarlo

Sin embargo, la principal preocupación de la familia es ver arreglada su vivienda. «No sabemos cómo lo vamos a hacer porque atravesamos una dura situación económica, los tres parados, y tampoco tenemos seguro», explicó Mari Carmen. Por eso, durante la mañana contaron con ayuda de familiares y amigos para limpiar la casa de escombros. Pero se volvió complicado por lo duro del trabajo y porque comenzaron a desprenderse algunos cascotes del poco techo que quedó en pie. Así, la delegada de Vías y Obras, Susana Moreno, puso a disposición de la familia el trabajo de tres operarios municipales para terminar el trabajo de limpieza. Igualmente, se comprometió con ellos a hacer una valoración mañana «y se buscarán las soluciones posibles para que esto no se quede así», afirmó la edil.

Con todo esto, Mari Carmen, Juan Andrés y Cristina reclamaban ayuda por parte del Ayuntamiento «y que no se olviden de nosotros». Porque su deseo es no perder su casa, «no tenemos mucho más que esto», apuntó Cristina. No obstante, agradecieron la labor a las dos concejalas del PVRE, «que se han ofrecido a ayudarnos en lo que necesitemos y en el momento que sea».