Cuidar la imagen por el turismo

La necesidad de la ciudad por mejorar su aspecto estético es evidente para cualquiera que pasee por sus calles y es algo en lo que el Equipo de Gobierno viene trabajando con mucha insistencia desde el comienzo de su mandato.

Desde entonces, se han realizado actuaciones, enmarcadas en el Plan de Embellecimiento de la Ciudad, en la entrada de Chiclana, algunas rotondas, la Gran Plaza o, próximamente, en las calles Constitución, Arroyuelo y Ayala, con fuente incluida. También en este ámbito se encuadra la ordenanza reguladora de la publicidad en espacios públicos. Con ella se pretende controlar el exceso de elementos publicitarios que dañen la estética de la localidad.

Sin embargo, hay otras actuaciones en esta materia en las que, aunque ya se ha comenzado a trabajar, aún no unen sus esfuerzos al objetivo de mejorar la imagen de la localidad chiclanera en beneficio de la calidad turística, principal sector económico de Chiclana. En este sentido, destacan la ordenanza sobre la unificación de terrazas y veladores o el plan de arreglo de fachadas del centro que se encuentren en mal estado.

Hostelería y fachadas

En primer lugar, la ordenanza incluyó alegaciones de la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería de Cádiz (Horeca), así como asociaciones de empresarios y hosteleros de Chiclana, tras lo cual fue aprobada en el pleno del pasado mes de febrero. Su objetivo no es otro que unificar los criterios de decoración de terrazas y veladores de la vía pública. Asimismo, también el documento está enfocado a garantizar la fluidez del tráfico, la protección ciudadana frente a los excesos acústicos, la preservación de las zonas verdes anexas a establecimientos hosteleros y el horario de cierre de establecimientos.

Sin embargo, desde entonces la ordenanza continúa en un proceso de trabajo entre la Asociación de Hosteleros de Chiclana y la Delegación Municipal de Fomento «para decidir qué sillas, sombrillas, mesas y veladores se van a poner en la ciudad», explicó el edil del área, José Lechuga. Una vez se tome esta decisión, los propietarios de negocios tendrán un plazo de dos años para adaptar sus establecimientos a esta normativa.

Igualmente, el plan de adecentar fachadas sigue paralizado desde que se anunciara en el mes de mayo. Al respecto, el alcalde de la ciudad, Ernesto Marín, explicó que es un proyecto «que no se puede llevar a cabo de forma brusca por la situación económica» ya que el trabajo corre por parte del propietario de la vivienda. El objetivo de este plan urbanístico no solo es mantener el orden estético urbano, si no también mejorar las condiciones de habitabilidad de nuestros conciudadanos.