Apuntes

Un pulso entre la Junta y BWI

El gobierno andaluz debe hilar muy fino en la negociación y no volver a crear agravios comparativos

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Complicada papeleta la que tiene la Junta de Andalucía encima de la mesa con la negociación que está llevando a cabo desde hace varias semanas con la empresa BWI. Esta multinacional asiática tiene la intención de instalarse en los terrenos de la antigua factoría de Delphi para montar una planta de fabricación de amortiguadores. En principio, se trata de una excelente noticia para la Bahía, más que necesitada de empresas dispuestas a invertir aquí y crear puestos de trabajo. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La empresa, al margen de pedir beneficios fiscales y la cesión de los terrenos, ofrece pagar a los trabajadores el salario mínimo interprofesional. Es decir, unos 700 euros mensuales. Estas cifras están muy por debajo del convenio del metal de la provincia de Cádiz, por el que a cada trabajador le corresponde una media de 1.200.

Los sindicatos son conscientes de que, en las actuales circunstancias, hay que apretarse el cinturón y aseguran que los futuros empleados de la factoría estarían dispuestos a reducir esos emolumentos. Pero no casi en un 50% como exige la empresa china. Ante esta tesitura, la compañía solicita que sea la Junta de Andalucía, mediante subvenciones, la que se haga cargo de la diferencia.

Y aquí radica la complicación para el gobierno andaluz. Ya en su momento, cuando Delphi anunció el cierre, cometió un histórico error prometiendo la recolocación a los empleados y subvencionando sus cursos de formación indefinidamente. Ahora, de aceptar lo que pide BWI, estaría cayendo en un nuevo error, ya que generaría un agravio comparativo -una vez más- con otros colectivos. Sin embargo, decir no, puede suponer el adiós a un importante inversor. La Junta, pues, tiene que hilar muy fino y no volver a errar como ya hiciera hace cinco años.