Agradecimiento

A pesar del Parkinson y de dos operaciones hechas a vida o muerte, hoy sigo siendo muy feliz. Digo esto para que las personas que tenemos esa enfermedad y que por desgracia tenemos mucho tiempo ocioso hagan lo que yo he hecho, escribir mis vivencias. Por lo tanto animo a estos enfermos y a sus familiares a que les ayuden a escribir las suyas, porque la mía la escribí con la colaboración de mi marido Adolfo Bolea, ya que sin su ayuda no lo podría haber hecho.

El motivo de esta carta es, principalmente, agradecer a todas las personas que se interesaron por mi estado de salud en el transcurso de los dos años que llevo enferma. Yo no pensaba que existieran tantas personas que me apreciaban y me querían.

Mi agradecimiento más grande al doctor Salvador Pascual, la doctora Carmen Tejonero y su equipo de cirujanos, que me operaron por primera vez en el Hospital Santa María de El Puerto. También a los cirujanos del Hospital San Rafael, los doctores Ignacio Ortiz y Mora, así como su equipo de colaboradores, que me operaron dos veces con gran éxito.

También quiero agradecerle todo lo que hizo a mi hijo Adolfo Bolea Lafont, que lo sufrió como hijo y como médico. A todas las enfermeras de la UCI y de planta, que se multiplicaron para tenerme bien atendida y a todo el personal de los dos hospitales: Santa María de El Puerto y San Rafael.

Hago extensivo este agradecimiento a todos los empleados de las ambulancias y celadores de ambos hospitales que me dieron un trato exquisito.

Muchas gracias a todos.