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Rafa Trujillo luchará hoy por un diploma olímpico en la Medal Race de la clase Finn

El regatista linense está triste por la mala fortuna que ha sufrido estos días aunque buscará el mejor consuelo en su última actuación en Londres 2012

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Después de una jornada de descanso y reflexión, a Rafa Trujillo no le queda más remedio que buscar el mejor consuelo a tanta mala suerte que ha sufrido durante su participación en estos Juegos Olímpicos.

El regatista linense está triste porque siente que si no hubiera sufrido tres roturas de distinta índole en su embarcación durante la fase general habría podido cumplir con su objetivo de volver a estar en el cajón de las medallas y repetir la gesta que ya alcanzara hace ocho años en Atenas. «Tengo el diploma del séptimo clasificado (el finlandés Tapio Nirkko) a tan solo cuatro puntos, pero la realidad es que no vine aquí con ese objetivo. Estaba convencido de que podía estar en la lucha por las medallas. Es muy duro sufrir tres roturas en una semana cuando vas en los puestos de cabeza y las condiciones de viento están siendo favorables. Estoy triste, pero ahora no queda más remedio que intentar terminar de la mejor manera posible», explicó el gaditano tras la disputa de la última jornada, en la que registró un decimotercero y un cuarto puesto que, al menos, le otorgaron el premio de poder participar en la manga final.

«La Medal Race es el premio de consolación. Estar en la pelea con Ben Ainslie y el danés (Jonas Hogh-Chritensen) me tranquiliza, porque sé que si no hubiera sido por los problemas que he tenido me habría mantenido ahí hasta el final», reflexionaba el que puede presumir de haber participado en cuatro Olimpiadas de forma consecutiva.

Y es que el gaditano no ha ganado para sobresaltos desde que comenzara la competición. El primer día tuvo la mala suerte de que se le soltara un nudo de la escota, lo que le hizo perder un tiempo precioso. El segundo día, una maniobra desafortunada le hizo perder el control del timón y volcó su embarcación yéndose al agua del campo de regatas de Weymorth. Cuando parecía levantar cabeza e incluso pudo apuntarse una victoria parcial, volvió a toparse con la mala suerte el cuarto día de pruebas y se le rompió el grillete que fijaba un cabo. «En 20 años que llevo en esto de la vela no me había encontrado nunca con estos incidentes», llegó a decir Trujillo, que en el día de descanso trató de despejar su mente para tratar hoy de mejorar sus registros con un diploma olímpico.