Los teléfonos móviles permiten escuchar, pero también crear, canciones y álbumes. :: EFE
Sociedad

Canciones para tocar

Los teléfonos móviles ofrecen a los músicos un nuevo soporte que redefine la relación con el usuarioJorge Drexler estrenará próximamente 'N', una aplicación que permitirá crear cientos de versiones de una canción

MADRID. Actualizado: Guardar
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La inteligencia que se atribuye a los teléfonos móviles es lo más parecido a un agujero negro tecnológico que, en muchos casos, ha acabado por fagocitar la razón de ser de cientos de cámaras digitales y reproductode MP3. En el caso de la música, aplicaciones como Spotify o iTunes han convertido los 'smartphones' en enormes bibliotecas en las que la única frontera parecen ser las discográficas y la posición que estas tengan hacia el tipo de negocio. Mientras esta titánica industria trata de consolidar sus anquilosados cimientos en lo que durante mucho tiempo les ha resultado un terreno farragoso, hay quienes ya se han lanzado a la conquista del mundo de las aplicaciones.

Es el caso de Jorge Drexler, que, tras varios meses de trabajo, en las próximas semanas estrenará 'N', una 'app' diseñada para móviles y tabletas que recogerá tres nuevas canciones del cantautor uruguayo y que no se podrán escuchar en ningún otro soporte tradicional hasta bastante tiempo después, cuando se produzca el lanzamiento comercial de su nuevo disco.

«Me he cansado de quejarme de que me robaban las canciones», comentó el propio Drexler en uno de los actos que ha celebrado en los últimos meses para presentar su proyecto. «Es hora de ser proactivo y de utilizar la tecnología», apostilló. En realidad, 'N' se trata de una serie de temas que redefine la relación con el usuario permitiéndole intervenir en la composición a través de varios versos y melodías pregrabadas. De esta forma, interviniendo sobre la música o las letras, el resultado será diferente.

La inspiración del proyecto, como Drexler explicó en su momento, proviene del 'Jardín de los secretos que se bifurca', de Jorge Luis Borges. Un relato en el que la historia puede ser contada por su protagonistas de mil formas diferentes. Entre los temas que Drexler ha preparado para esta aplicación se incluye 'Habitación 3-1-6'. Se trata de un encuentro de dos desconocidos en un hotel cuyo final queda en manos del oyente, que podrá combinar cada fracción del tema a su gusto.

Otro de los títulos, 'Madera de Deriva' (grabado con la Orquesta Sinfónica de Euskadi), obliga a moverse -su posición será detectada a través del GPS- para obtener todos los elementos de la melodía.

Además de la influencia de la obra de Borges, las 'aplicanciones' del uruguayo guardan cierto parecido al juego musical que creó Mozart en 1777. Con tan solo 21 años, el genio austriaco compuso una partitura con 176 compases que permitían, con la ayuda de dos dados, escribir melodías sin tener grandes conocimientos de composición.

La innovadora iniciativa del que fuera ganador del Oscar a la mejor canción original en 2005 no es la primera de este tipo en la industria musical. El pasado año, la cantante Björk llevó al iPad su disco 'Biophilia'.

La excéntrica islandesa recopiló, bajó una aplicación raíz, diez experiencias interactivas basadas en varias de sus canciones. Mientras el usuario investiga la galaxia diseñada por Björk y el artista gráfico Scott Snibe, puede acceder a cada tema, incluyendo en cada caso juegos, carátulas, letras o animaciones diferentes.

Música geolocalizada

Además de artistas conocidos como Björk o Drexler, hay músicos menos populares que se han lanzado a la conquista de móviles y tabletas. Es el caso de los hermanos Holladay, componentes del grupo Bluebrain, que alcanzaron notoriedad en Washington gracias a la convocatoria de manifestaciones musicales conocidas como 'Boombox walls', de las que se hicieron eco varios medios estadounidenses.

Hays y Ryan presentan un nuevo concepto en el que la música está estrechamente ligada con el paisaje que rodea al usuario. No en vano, ambos sostienen que la percepción de la realidad que rodea a una persona mientras pasea o conduce está fuertemente influenciada por la canción que puede sonar en la radio o en el móvil en ese momento. De esa idea nació 'The National Mall', un 'app-álbum' para escuchar exclusivamente en el parque nacional de la capital estadounidense, donde se encuentran emblemáticos edificios como el Capitolio o el memorial a Lincoln. Funciona de forma sencilla: a la hora de crear la aplicación asignan cientos de etiquetas a cada lugar del mapa y el dispositivo, gracias al sistema de geolocalización -la misma tecnología que usan servicios como FourSquare-, cambia el ritmo y la intensidad de las notas, creando una canción diferente cuando se cambia de zona de influencia.

El duo estadounidense ha llevado a cabo otros dos proyectos de música móvil: 'Listen to the light', diseñado para escuchar mientras se explora Central Park en Nueva York; y, más recientemente, 'The Violet Crown', un proyecto mucho más urbanita para escuchar en la ciudad de Austin (Texas). Ahora preparan un nuevo disco para escuchar mientras se conduce por la costa californiana.