Goleadores. Cesc y Sergio Ramos, que anotaron dos penaltis en la tanda frente a Portugal, ofrecen una rueda de prensa. :: EFE
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OBJETIVO: PARAR A PIRLO

La selección asume que tendrá que frenar al cerebro de Italia para evitar la conexión letal con Cassano y Balotelli

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Nada más terminar el partido entre Italia y Alemania, el cuerpo técnico de la selección empezó a preparar las variables tácticas para contrarrestar mañana (20.45 horas, Telecinco) a la escuadra 'azzurra' en la final de la Eurocopa, en el estadio olímpico de Kiev. Ambos equipos se conocen de sobra, pero Vicente del Bosque está convencido de que los hombres dirigidos por Cesare Prandelli han mostrado dos caras en el torneo: la del debut ante 'La Roja', en el que cuajaron un excelente partido pero tomaron bastantes precauciones, y la que se vio ante los germanos, a los que arrollaron en una primera parte excepcional con un juego resolutivo y atractivo. El diagnóstico ha sido unánime: Cassano estuvo incisivo entre líneas y Balotelli dio un recital de potencia y remate, pero ambos brillan si Andrea Pirlo dirige la orquesta. Así que el objetivo prioritario de los campeones es desactivar al centrocampista de la Juventus. Hacerlo desenchufaría al rival.

En la época reciente, el destino de España ha estado ligado en buena medida al de los italianos. Hace cuatro años, aquel penalti tranformado por Cesc Fàbregas en una tanda para el recuerdo dio un giro a la historia que después tuvo su continuidad en el Mundial de Sudáfrica y que abrió una era inolvidable.

En la cita continental de Polonia y Ucrania ambos conjuntos volvieron a verse las caras en el estreno y ahora, casi un mes después del encuentro disputado en el Gdansk Arena, se jugarán el torneo a una sola carta en un escenario grandioso. En Viena se empató en los cuartos y en el debut se hizo lo propio. Y es que, desde un ya lejano 1920, 'La Roja' nunca ha conseguido la victoria en partido oficial ante un contrincante con la competitividad marcada a fuego en los genes que ha sumado nada menos que cuatro entorchados planetarios. Ganarle una final a Italia supondría rematar un ciclo legendario casi imposible de superar.

Los 'azzurri' han interpretado a la perfección su papel de tapados y han ido de menos a más, como hacen la mayoría de las veces. Prandelli ha ajustado las piezas con paciencia y ha tenido la suerte de aterrizar en suelo ucraniano con un Pirlo en estado de gracia que convierte en oro todo lo que toca. La estrella de la Juve viene a ser como el Xavi Hernández de España, el termómetro para medir la temperatura italiana. Dotado de un talento sobrenatural y una elegancia suprema, su visión panorámica es única, lo que le permite mantener unos segundos en la retina un pase magistral antes de ejecutarlo. Tiene el 'déjà vu' propio de los superclase. Por eso Del Bosque prepara a conciencia un plan específico para incomodarle, para reducir su tiempo para pensar. «Pirlo es único, hay que desactivarle», declaró ayer Sergio Ramos en las instalaciones deportivas del Dinamo de Kiev, donde la selección se entrenó por la tarde a puerta cerrada.

El modelo Cristiano

Eso sí, «sin obsesionarse». La selección se plantea ante Pirlo una filosofía similar a la que empleó ante Portugal para difuminar a Cristiano Ronaldo. Es decir, alguien muy cercano a él en todo momento -en el caso del 'crack' luso fue Arbeloa- que pueda apoyarse en sus compañeros si algo falla. Del Bosque es partidario de este sistema porque entiende que centrar los esfuerzos únicamente en un futbolista puede repercutir en el estilo inigualable de España, el que le ha llevado a convertirse en el equipo más laureado del último cuatrienio. La idea es que la vigilancia sobre un contrario no pueda en ningún caso afectar a la identidad de los campeones. Falta comprobar si Italia mantendrá la esencia que destiló ante Alemania o, por contra, acumulará jugadores de talante defensivo para aplacar al enemigo. El técnico salmantino ha insistido en esta Eurocopa en que él prefiere a un rival cerrado a otro que le discuta todas las zonas del campo.

Ramos, el protagonista de la semifinal por su penalti a lo Panenka, considera que es necesario olvidar ya el pasado para focalizar todos los esfuerzos en la cita decisiva de Kiev. «Ya hemos jugado contra ellos. Les conocemos y yo creo que eso es bueno porque sabemos sus debilidades y sus virtudes. Quizás puedan cambiar de estrategia, pero son muy rápidos a la contra y Pirlo es único, marca la diferencia», subraya el central sevillano del Madrid. Tendrá ante sí la difícil papeleta de frenar a Balotelli, un futbolista diferente capaz de lo mejor y de lo peor en el mismo minuto que ha ido de menos a más en la competición. Su segundo gol ante los germanos ha sido sin duda uno de los más espectaculares del torneo. La celebración, la imagen de la Eurocopa. «Ese tanto es de auténtico 'crack'. Lo dice todo de él. Desde luego será una amenaza», advirtió Cesc, que también destacó la importancia de neutralizar a Cassano y, en especial, a Pirlo.

La obra maestra del toque

El centrocampista de la Juventus tenía claro desde el principio que 'La Roja' era una de las máximas aspirantes para estar en la final. De hecho, al término del partido de la fase de grupos reconoció que, contra España, hay que asumir que habrá numerosos instantes de sufrimiento por su capacidad para convertir el toque en una obra maestra. Los italianos se han apresurado a meter presión a los campeones para salir al estadio con el rol de víctimas. «España es favorita», ha declarado Prandelli. La escuadra 'azzurra' no quiere quitarse la piel de cordero. Ha estado cómoda con ese disfraz desde el inicio de la competición, en la que ha sumado tres empates -contra los hombres de Del Bosque, Croacia e Inglaterra- y dos triunfos -Irlanda y Alemania-. Es, con tres tantos encajados, la segunda menos goleada por detrás precisamente de 'La Roja', que solo ha recibido uno. El que le hizo Di Natale en el debut en el torneo.

La plantilla de Del Bosque llega fatigada a la final después de una temporada eterna, un torneo muy exigente y tras haber disputado una prórroga contra Portugal. Sin embargo, el cansancio debe desaparecer en cuanto los futbolistas salten al estadio olímpico porque tienen ante sí la posibiidad de conseguir una gesta única: encadenar dos títulos europeos y uno mundial. Solo Alemania y Francia estuvieron a punto de conseguirlo antes, pero hay una especie de maldición que de momento ha convertido ese objetivo en una misión imposible.

'La Roja' es una especialista en encontrar los conjuros contra los maleficios. Ahora debe hallar un antídoto nuevo contra Italia. «Estamos disfrutando de nuestro gran momento y ahora tenemos la posibilidad de completar un reto casi insuperable, una hazaña», destaca Ramos, que añade que él y sus compañeros ya pueden volver a España «con la cabeza muy alta» pase lo que pase mañana en Kiev.